viernes, abril 22, 2005

Textos de Joseph Ratzinger: El Dios de Jesucristo

El Dios de Jesucristo

1) Dios tiene nombre:
"Uno de los samos más hermosos del antiguo testamento articula una convicción que ha acompañado al hombre a através de toda su historia: Sal 139-138, 1-12" (RATZINGER, Joseph, El Dios de Jesucristo, Salamanca, 1979, 18-19).

"Preguntemos...¿qué aspecto tiene el Dios bíblico? ¿quién es realmente? Dios se presenta ante Moisés en el terecr capítulo del Exodo. Esa presentación resulta fundamental para la historia de la revelación del antiguo y nuevo testamento. Aquí importa, ante todo, atender al marco histórico y local del conjunto. Ese marco histórico resalta cuando Dios dice: "He observado la aflicción de mi pueblo, que está en Egipto, y he oído el clamor de él, debido a sus opresores, pues conozco sus padecimientos" (v. 7). Dios es el guardián del derecho. El garantiza el derecho de losimpotentes contra los poderosos.´Ese es su propio semblante. Ese es el núcleo de la legislación del antiguo testamento, que pone siempre a la viuda, al huérfano, al forastero bajo la protección personal de Dios. Y eso está también en el centro de la predicación de Jesús, que penetró en persona en el desampara del acusado, del condenado, del moribundo y así precisamente introdujo a éstos en el asilo de Dios. Advirtamos que la lucha por el sentido del sábado está aquí también en su lugar: el sábado es para el antiguo testamento el día de la libertad de las creaturas, el día en que descansan hombre y animal, siervo y amo. Es el día en que se restaura, en medio de un mundo sin igualdad ni libertad, la comunidad fraterna de todas las creaturas. Por un breve instante, la creación vuelve a sus comienzos: todas reciben la libertad que Dios da. La acción de Jesús en sábado no va contra del sábado, sino que es una lucha por el sentido originario de éste, por guardarlo como día de la libertad de Dios, y no dejar que se convierta, en manos de casuistas, en su opuesto, en un día de atormentada mezquindad" (RATZINGER, Joseph, El Dios de Jesucristo, Salamanca, 1979, 21).

"¿Qué significa, entonces, nombre de Dios? Tal vez podamos comprender, de la manera más breve, de qué se trata, partiendo de lo opuesto. El Apocalipsis habla del adversario de Dios, de la bestia. La bestia, el poder adverso, no lleva un nombre, sino un número. 666 es su número, dice el vidente (13,18). Es un número ya hace de uno un número. Los que hemos vivido el mundo de los campos de concentración sabemos a qué equivale eso: su horror se basa precisamente en que borra el rostro, en que cancela la historia, en que hace de los hombres números, piezas recambiables de una gran máquina. Uno es lo que es su función, nada más. Hoy hemos de temer que los campos de concentración fuesen solamente un preludio; que el mundo, bajo la ley universal de la máquina, asuma en su totalidad la estructura de campo de concentración. Pues si sólo existen funciones, entonces el hombre no es tampoco nada más. Las máquinas que él ha montado le imponen ahora su propia ley. Debe llegar a ser legible para la computadora, y eso sólo es posible si es traducido al lenguaje de los números. Todo lo demás carece de sentido en él...Dios, en cambio, tiene un nombre y nos llama por nuestro nombre. Es persona y busca a la persona. Tiene un rostro y busca nuestro rostro. Tiene un corazón y busca nuestro corazón" (RATZINGER, Joseph, El Dios de Jesucristo, Salamanca, 1979, 24).

2) Dios es trinitariamente uno:
"El primer artículo de la fe cristiana, la orientación fundamental de la conversión cristiana, dice: Dios es.Pero ¿qué quer decir eso? ¿qué significa en nuestra vida diaria, en este mundo nuestro? En primer lugar, que si Dios es, los dioses no son Dios. De ahí que se debe adorar a él y a nadie más" (RATZINGER, Joseph, El Dios de Jesucristo, Salamanca, 1979, 27).
(RATZINGER, Joseph, El Dios de Jesucristo, Salamanca, 1979, ).

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