domingo, octubre 09, 2011

Saber desenmascarar los engaños del diablo...


Otra de las tretas que nos juega el Diablo para impedir que avancemos en la vida espiritual, en la vida de santidad, es la de anestesiarnos, adormecernos, haciéndonos creer que no somos tan malos como podrían pensar algunos y que por lo tanto no hace falta hacer grandes esfuerzos para ir a Dios.

Veamos en qué terrenos se mueve el Diablo para hacernos caer:

- No mirar la miseria del mundo. Hay que ser realistas, nos dice el Diablo, porque no podemos resolver la miseria de todo el mundo. Y nos lleva a pasar de largo, a no interesarnos por nadie y menos por quienes sufren a nuestro alrededor o mueren de hambre en el Tercer Mundo. Y nos vamos encerrando poco a poco en nuestro egoísmo. Y llegamos a decir: “¡Cómo! los pobres son unos perezosos; yo no tengo tiempo de ocuparme de ellos y los que se ocupan de ellos, por lo general, lo hacen para que los vean y digan que son buenas personas o para tranquilizar su conciencia”.

- Creer que basta con ser lúcido. Es decir, que basta para ser bueno con reconocer, de vez en cuando, la propia debilidad y con eso ya basta. No hay que complicarse la existencia con otras cosas. En el fondo el Diablo pretende que sigamos creyendo que estamos bien donde nos hemos instalado. Nos lleva a pensar y a decir que no somos tan malos como los demás, aunque de vez en cuando caigamos como todos, pero que somos mejores que la mayoría de la gente y que por lo tanto ¿para qué hacer más esfuerzos de superación y de lucha contra el mal y el pecado?

- No pensar que un día vamos a morir. Dice Blas Pascal que los hombres al no poder curar la muerte, la miseria y la ignorancia, se las han arreglado para vivir felices sin pensar en ello. Si pensasen que van a morir sus vidas cambiarían, actuarían de otra manera.

Eso es lo que le sucedió a San Francisco de Borja, el encuentro con la muerte le dio nueva vida. He aquí la historia: El año que fue nombrado Virrey de Cataluña, Francisco recibió la misión de conducir a la sepultura real de Granada los restos mortales de la emperatriz Isabel. El la había visto muchas veces rodeada de aduladores y de todas las riquezas de la corte. Al abrir el ataúd para reconocer el cuerpo, la cara de la difunta estaba ya en proceso de descomposición. Francisco entonces tomó su famosa resolución: “¡no servir nunca más a un señor que pudiese morir!” Comprendió profundamente la caducidad de la vida terrena.

Algunos años más tarde, estando enferma su esposa, pidió a Dios su curación y una voz celestial le dijo: “Tú puedes escoger para tu esposa la vida o la muerte, pero si tú prefieres la vida, ésta no será ni para tu beneficio ni para el suyo”. Derramando lágrimas, respondió: “Que se haga vuestra voluntad y no la mía”. La muerte de Doña Leonor, su esposa, ocurrida en 1546 fue un gran dolor para Francisco. El más joven de sus ocho hijos tenía apenas ocho años cuando murió Doña Leonor.

Un tiempo después hizo Ejercicios Espirituales con el Beato Pedro Fabro y decidió entrar en la Compañía de Jesús. San Ignacio de Loyola se alegró mucho de la noticia; sin embargo, aconsejó al duque que difiriese la ejecución de sus proyectos hasta que terminase la educación de sus hijos y que, mientras tanto, tratase de obtener el grado de doctor en teología en la Universidad de Gandía, que acababa de fundar. También le aconsejaba que no divulgase su propósito, pues “el mundo no tiene orejas para oír tal estruendo”. Finalmente, después de estudiar la Teología se hizo jesuita y llegó a ser General de la Compañía.

Pidamos cada día al Señor que nos disponga a saber desenmascarar los engaños del Diablo para ser dóciles a sus planes y poder avanzar por el camino de la santidad.

Con mi afecto y bendición,




Obispo de Calahorra y La Calzada-Logroño

lunes, octubre 03, 2011

Investigan posible milagro del arzobispo Fulton Sheen




1 de octubre, 2011. (Romereports.com) Fue uno de los predicadores más importantes de Estados Unidos, pero también un gran arzobispo y comunicador. Fulton Sheen fue uno de los protagonistas de la televisión americana en la década de los 50.
Han pasado muchos años desde entonces, pero continúa en los medios por su proceso de beatificación. Ahora se está investigando un presunto milagro realizado por su intercesión. Se trata de la curación de un recién nacido. Si se confirma, Fulton Sheen podría ser beatificado.


El supuesto milagro tuvo lugar en Pioria, en Illinois, la misma ciudad donde Sheen fue ordenado sacerdote. Hace un año Bonnie Engstrom y su marido supieron que estaban esperando un bebé y encomendaron a Fulton Sheen pasar un buen embarazo.

A pesar de que fue un embarazo sin complicaciones, los médicos y los padres del niño aseguran que cuando nació, durante 61 minutos el bebé no tuvo pulso. Durante el minuto más largo de sus vidas rezaron a Fulton Sheen y bautizaron al bebé con el nombre de James Fulton. Le realizaron una reanimación cardio pulmonar y su pequeño corazón empezó a latir.

Los médicos les dijeron que quedaría ciego y que su salud sería muy delicada. Ahora, un año después, los padres aseguran que el bebé esta perfectamente.

La familia está convencida de la ayuda de Fulton Sheen. Dicen que es un regalo de este sacerdote, comunicador y ganador de un premio EMMY.

Un tribunal de la diócesis analizará los resultados médicos en Pioria. Si piensa que es un milagro el caso pasará a la Congregación para las Causas de los Santos en Roma, que lo estudiará escrupulosamente antes de pasárselo al Papa para que lo apruebe y convoque la beatificación de Fulton Sheen.