miércoles, enero 25, 2006

Benedicto XVI publica primera Encíclica: "Deus caritas est"


Así lo cuenta ACI
VATICANO, 25 Ene. 06 (ACI).- El día de hoy fue publicada la primera Encíclica del Papa Benedicto XVI, quien bajo el título Deus caritas est


"Participando de la Eucaristía, también nosotros somos involucrados en la dinámica de su donación. Nos unimos a Él y al mismo tiempo nos unimos a todos los demás a los cuales Él se dona; convirtiéndonos así todos en ‘un solo cuerpo’. De modo que amor por Dios y amor por el prójimo son verdaderamente fusionados. El doble mandamiento, gracia a este encuentro con el ágape de Dios, no es más solo una exigencia: el amor puede ser ‘mandado’ porque antes ha sido donado”.

La práctica de la Caridad

La segunda parte del documento trata en cambio el ejercicio concreto del mandamiento del amor hacia el prójimo. En esta parte se afirma que “el amor al prójimo enraizado en el amor de Dios, además de ser una tarea de cada fiel, lo es también de la entera comunidad eclesial, que en su actividad caritativa debe reflejar el amor trinitario”.

“La conciencia de tal tarea –continúa la Encíclica– ha tenido una relevancia constitutiva en la Iglesia desde sus inicios. En la estructura fundamental de la Iglesia surge la ‘diaconía’ como servicio del amor hacia el prójimo ejercitado comunitariamente y en modo ordenado”.

El Papa Benedicto XVI hace ver también como “con el progresivo difundirse de la Iglesia, este ejercicio expresa así una triple tarea: anuncio de la Palabra de Dios, celebración de los Sacramentos, servicio de la caridad. Se trata de tareas que se presuponen mutuamente y que no pueden ser separadas una de la otra”.

El Papa critica luego la visión utilitaria de la caridad, especialmente en el marxismo, al afirmar que “desde el siglo XIX, fue levantada una objeción fundamental contra la actividad caritativa de la Iglesia: esta estaría en contraposición –se ha dicho– con la justicia y terminaría por actuar como sistema de conservación del status quo. Con el cumplimiento de obras de caridad la Iglesia favorecería el mantenimiento del sistema injusto en acto haciéndolo algo soportable y frenando así la rebelión y el potencial cambio hacia un mundo mejor. En este sentido el marxismo había indicado en la revolución mundial y en su preparación la panacea para la problemática social- un sueño que en el entre tiempo se desvaneció”.

Recordando, en esta línea, el magisterio de los Pontífices, “comenzando por la Encíclica Rerum novarum de León XIII hasta la trilogía de Encíclicas sociales de Juan Pablo II (Laborem exercens, Sollicitudo rei socialis, Centesimus annus)”, la Encíclica afirma que ha “afrontado con creciente insistencia la cuestión social, y en el confronto con situaciones problemáticas siempre nuevas ha desarrollado una doctrina social muy articulada, que propone orientaciones válidas más allá de los confines de la Iglesia”.

“La creación de un justo orden de la sociedad y del Estado –continúa– es tarea central de la política, y por lo tanto no puede ser encargo inmediato de la Iglesia. La doctrina social católica no quiere dar a la Iglesia un poder sobre el Estado, sino simplemente purificar e iluminar la razón, ofreciendo así la propia contribución a la formación de las conciencias, para que las verdaderas exigencias de la justicia puedan ser percibidas, reconocidas y también realizadas. Sin embargo no existe ningún orden estatal que, por muy justo, pueda hacer superficial el servicio del amor".

"El Estado que quiere proveer a todo se convierte en definitiva en una instancia burocrática que no puede asegurar la contribución esencial que el hombre sufriente necesita: la amorosa entrega personal”, advierte además el Papa Benedicto.

La encíclica hace ver como un efecto colateral de la globalización “se manifiesta en el hecho que la solicitud por el prójimo, superando los confines de las comunidades nacionales, tiende a extender sus horizontes al mundo entero. Las estructuras del Estado y las asociaciones humanitarias secundan en varios modos la solidaridad expresada por la sociedad civil: se han formado así múltiples organizaciones con fines caritativos y filantrópicos".

"También en la Iglesia Católica –sigue el Santo Padre– y en otras Comunidades eclesiales han surgido nuevas formas de actividad caritativa. Entre todas estas instancias es necesario que se establezca una colaboración fructífera. Naturalmente es importante que la actividad caritativa de la Iglesia no pierda la propia identidad disolviéndose en la común organización asistencial y convertirse en una simple variante, sino que mantenga todo el esplendor de la esencia de la caridad cristiana y eclesial”.

Para que la Iglesia mantenga la esencia de la caridad cristiana, el Papa hace referencia a la necesidad de:

- “basarse en la experiencia de un encuentro personal con Cristo, cuyo amor ha tocado el corazón del creyente suscitando en él el amor por el prójimo”.

- “debe ser independiente de partidos e ideologías. El programa del cristiano es un corazón que ve. Este corazón ve donde hay necesidad de amor y actúa en modo consecuente”.

- “no debe ser medio en función de aquello que hoy es indicado como proselitismo. El amor es gratuito; no es ejercitado para alcanzar otros medios.

"Pero esto no significa que la acción caritativa deba, por así decir, dejar a Dios y a Cristo de lado", advierte el Pontífice. "El cristiano sabe cuando es tiempo de hablar de Dios y cuando es justo callar y dejar hablar solamente al amor. El himno a la caridad de San Pablo debe ser la Magna Carta de todo el servicio eclesial para protegerlo del riesgo de degradar en puro activismo”, añade.

Oración en la acción

Hacia el final de la encíclica el Santo Padre recuerda la importancia de la oración. “Frente al secularismo que puede condicionar también a muchos cristianos comprometidos en el trabajo caritativo, es necesario reafirmar la importancia de la oración”.

“El contacto vivo con Dios –dice el Papa– evita que la experiencia de la desproporción de la necesidad y de los límites del propio actuar puedan, por un lado, llevar a la persona a la ideología que pretende ahora aquello que Dios, por cuanto parece, no consigue, o, por otro lado, ser tentación para ceder a la inercia y a la resignación".

"Quien reza no pierde su tiempo, incluso si la situación parece impulsar únicamente la acción, no pretende cambiar o corregir los planes de Dios, sino que busca- bajo el ejemplo de María y los Santos- de buscar en Dios la luz y la fuerza del amor que vence toda oscuridad y egoísmo presente en el mundo”, concluye el Pontífice.

sábado, enero 21, 2006

Infancia misionera

ESTA mañana, cuando apenas rayaba el alba, ha entrado mi hija de tres años en la habitación, pidiéndome que apoquine un donativo para la Jornada de la Infancia Misionera. En su colegio, regentado por hermanas concepcionistas, le han hablado de otros niños de Guinea Ecuatorial o el Congo, Brasil o Filipinas, atendidos como ella por esta congregación misionera; niños que habrían muerto víctimas de enfermedades feroces o de pura inanición si esas monjas heroicas no hubiesen mediado en su tragedia. Como las hermanas concepcionistas, son miles los hombres y mujeres, religiosos y seglares, que un día cualquiera decidieron inmolarse en la salvación de otras vidas que languidecían en los arrabales del atlas; hombres y mujeres que, como cualquiera de nosotros, hubiesen preferido envejecer entre los suyos, disfrutando de las ventajas de una vida regalada, pero que respondieron sin rechistar a su vocación.

«¿Y qué es la vocación?», me interrumpe mi hija. «Es una llamada de Dios», empiezo un poco atolondradamente, pero como compruebo que mi hija no acaba de entenderme añado: «Dios nos habla a través de los niños que sufren». Y como temo que mi hija confunda a Dios con un ventrílocuo, trato de explicarme: «En realidad, Dios está dentro de cada niño que sufre, Dios es cada niño que sufre. Pero sólo algunas personas elegidas saben verlo; mientras los demás miramos para otro lado, los misioneros miran a Dios a los ojos, lo toman entre sus brazos, le dan un trozo de pan, le curan las heridas...». «¿Y también le cantan para que se duerma?», me interrumpe mi hija, empezando a comprender. «Todas las noches», le respondo. «¿Y cuándo se duerme ellos también descansan?», insiste. «No, ellos siempre están despiertos, porque apenas han conseguido que uno de estos niños se duerma otro empieza a llorar». Mi hija frunce el entrecejo: «¿Dios también llora?». «También. Dios está llorando siempre», le contesto.

Y estos misioneros, centinelas perpetuos de su llanto, se dedican a apaciguarlo, sabiendo que su misión es incontable como las arenas del desierto. Están hechos del mismo barro que nosotros, incluso parecen más frágiles que nosotros, más adelgazados por las noches de insomnio, por el recuerdo de las muchas vidas que han visto consumirse, por el llanto que no cesa y la rabia de no ser omnipotentes; pero en sus cuerpos curtidos por el sol y adelgazados de vigilias se esconde un incendio de benditas pasiones que mantiene caldeada la temperatura del mundo. Quizá mañana mismo se den de bruces con la muerte, que les tenderá su emboscada bajo la forma de un contagio, o de una ráfaga de plomo; pero, entretanto, perseveran en su epopeya silenciosa, sin aguardar otra recompensa que la sonrisa de un anciano famélico, la mirada palúdica de un niño que apenas se sostiene en pie, la caricia exhausta de una mujer que los contempla entre las neblinas de la fiebre. Ellos saben que en esa sonrisa claudicante, en esa mirada desvanecida, en esa caricia de rendida gratitud se esconde Dios. Son veinte mil españoles, entre los cientos de miles que se reparten allá donde las hambrunas y las guerras endémicas trituran vidas ante la indiferencia de los politicastros y los noticieros televisivos. Si mañana dimitieran de su misión, la noche se abalanzaría sobre el mundo. Seguimos vivos porque el fuego que los enardece no declina su llama.

Son veinte mil españoles para atender la muchedumbre del dolor, para apaciguar el llanto multitudinario de Dios que se copia en las lágrimas de cada hombre que sufre, para llevar el Reino a los parajes más arrasados del planeta. Son veinte mil hombres y mujeres salvando cada día a millones de niños. Y necesitan nuestra ayuda: nuestro aliento, nuestra gratitud y también nuestro dinero. Así que a ver si apoquinamos.

Por JUAN MANUEL DE PRADA

viernes, enero 20, 2006

Me he sentido perseguida por ser católica

DAVID GUERRERO
Pilar Domínguez llega corriendo, acalorada. Me saluda y se sienta. Su día ha transcurrido entre clases, práctica y horas de estudio. Está en cuarto de Farmacia. La entrevisto en la sede de Doble Erre, empresa dirigida por Raquel Revuelta para formar profesionales de las Relaciones Públicas, el turismo, la moda y la publicidad. En la forma de hablar se le nota que es modelo. Expresa muy bien lo que quiere decir y remarca las palabras. Mira fijamente para darle más sentido a sus frases. Se trata de una persona de profundas convicciones religiosas y de una sencillez admirable.

¿Cómo comenzó su afición por la moda?
Empecé de pura casualidad a través de una amiga, aunque a mí el mundo de la moda siempre me había gustado un poquito. Lo que no me gustaba era el mundo de las misses porque las veía muy diferentes amí, y yo ya tenía la facultad, mi familia, mis amigos, mi novio, el deporte.

Entonces ...
Al principio yo quería trabajar como azafata para sacar un dinero. Después, me convencieron y empezaron a prepararme para miss. Me presenté habiéndolo decidido poco tiempo antes y me lo tomé como una experiencias. Por eso, me llevé una sorpresa muy grande cuando fui elegida.

¿Qué papel juega la moda?
La moda en sí es un negocio que mueve mucho dinero y también la mentalidad social. Ya desde pequeña ves a las niñas que siguen los modelos que se establecen: modelos de belleza, de delgadez, de ojos, de maquillaje, de mujer perfecta. Al fin y al cabo, es lo que unas personas deciden en una reunión.

¿Y para usted?
Para mí, la moda es arte; en este caso, arte expresado en el textil. Además, en lo personal es un hobby, algo que me gusta y me permite desconectar un poco de todo.

¿Cómo percibe la moda actual?
Las hay muy diferentes. En España e Italia la moda es más elegante. En los países del norte, muy urbana. En Tokio, muy rara, muy moderna.

A veces, da la sensación de que los trajes de las pasarelas están muy apartados de las calles.
La moda que utiliza la gente es muy práctica, muy cómoda. La gente trabaja, estudia.. Por tanto, lo que yo creo que tiene que hacer la moda es adaptarse a las necesidades reales de la gente. Se percibe que algunos diseñadores van evolucionando y adecuándose.

¿Qué hace falta para ser una buena modelo?
Altura, un cuerpo bonito, oído y un sentido del ritmo. Después está la elegancia, aunque eso te lo pueden ir enseñando. Como modelo, tienes que tener la habilidad de expresar mucho. Eres, en definitiva, una actriz que debe plasmar una imagen.

Le he oído decir que no desfilaría nunca en ropa interior ni con transparencias.
Yo creo que no hace falta enseñar nada. En la moda hay que tener valores y principios. Esto puede resultar difícil en determinados ambientes pero la gente no tiene que tener miedo a manifestarse como es. Pero le aseguro que hay mucha gente que piensa como yo. No soy nada del otro mundo.

¿Ha tenido que rechazar ofertas por ello?
Sí, por supuesto. Pero si tienes las ideas claras, no vas donde te lleven. Hay que ir contracorrient. Creo que con esta forma de actuar puedo ser un ejemplo para otras chicas que, como yo, están en el mundo de la moda. De todas formas, ya le digo que no soy la única que piensa así.

¿Tiene esto que ver con su condición de católica?
Mi formación es muy importante en mi vida. Si no tienes religión, no tienes espiritualidad y nada te importa, ni siquiera tu cuerpo. No creo que la vida sea comer, dormir, reporducirse y morir.

Si permite la gracia, ¿ser católico no está de moda?
No tengo miedo de decir lo que pienso. A los cristianos siempre nos han perseguido. En la moda, me he sentido perseguida como católica.

¿Qué piensan sus compañeras?
Es cierto que a muchas les choca cosas como, por ejemplo, ser virgen a los 23 años. Yo pienso que antes de entregarte tienes que tener esa seguridad total de que vas a estar con la otra persona toda la vida. Y para ello, antes hay que pasar por el matrimonio.

Algunos dicen que la Iglesia discrimina a la mujer ..
Al contrario. Desde siempre, Jesús ha tenido muy valorada a la mujer, la ha tenido en un altar. La mujer es su mano derecha y la Iglesia como sucesora, ha fomentado ese mensaje. La gente siempre va a estar criticando miles de cosas y no puedes echarle cuenta a todo lo que dicen.

¿Qué le parece el Papa Benedicto XVI?
Tuve ocasión de ir a verlo y escucharlo en Colonia este verano, en la Jornada Mundial de la Juventud. Creo que se le ha criticado tanto porque es muy diferente de Juan Pablo II. De Benedicto XVI tengo que decir que tiene una formación muy grande- Está dejando las cosas muy claras, también los valores. Él no cede y, a la vez, se adecúa a los problemas actuales.

Póngame un ejemplo de modelo para usted.
Judit Mascó.

¿Y en su vida?
Mi madre ...y la Virgen María. ¿Quién mejor modelo que la Virgen María?

¿Piensa compatibiizar su carrera como modelo con su profesión?
Al final, imagino que tendrá que elegir. Tengo claro que voy a terminar Farmacia. Después no sé en qué voy a trabajar. Me gustan la televisión y la radio, poque me considero muy comunicativa.

jueves, enero 19, 2006

Miss Sevilla: «Hace falta que los cristianos venzamos el miedo y demos testimonio»

Pilar Domínguez asegura que «hablar de Dios en sitios donde nadie cree ratifica mi fe en Cristo»Image

Madrid- Habla con desparpajo y sinceridad, sin ocultar ni sus sentimientos ni la sangre andaluza que tiñe sus palabras. No se considera como una «miss» porque su vocación es la Farmacia. De hecho, el mundo de la moda sólo es una diversión para aliviar sus estudios universitarios. Y aunque a Pilar Domínguez le molesta que muchos consideren que su fe hace de ella «un bicho raro», nada más lejos de la realidad. Es una chica «normal y corriente», con un bonito rostro y unos valores sólidos que afirma con valentía que le gusta «nadar contra corriente y dar testimonio de Jesús». Y ha dejado las cosas claras desde un principio: «No desfilo con transparencias, ni ropa interior, ni faldas cortitas, ni cosas así».

- ¿Se le han cerrado algunas puertas por mantener sus principios en el mundo de la moda?

- Supongo que sí. Pero me da igual, porque tampoco me quiero dedicar a esto de por vida. Yo tengo mi vida, mi carrera, mi familia, mis amigas, mi mundo y, a nivel de ocio, tengo la moda, igual que el deporte u otras aficiones.

- Al verla, resulta curioso cómo rompe el prototipo del mundo de la moda basado en la apariencia, en lo pasajero, mientras que la fe es todo lo contrario

- Realmente es complicado compaginarlo y mantener firmes tus valores. Hay que ir casi continuamente contra corriente.

Cristianos sin miedo. - ¿Y cuesta?

- Cuesta al principio, pero cuando ya superas la barrera del miedo a ser diferente, te ratifica tu fe. Así das testimonio de Jesús en tu vida. A mí no me cuesta nada dar testimonio de Cristo. Me da igual lo que piense la gente de mí, y no sólo en el ámbito de la fe. Gracias a Dios tengo una personalidad fuerte y hago lo que creo que debo hacer. No dependo de los demás y por eso no tengo miedo. Me gusta dar testimonio en sitios donde es más difícil. Hablar de Dios en un sitio donde nadie cree, más bien todo lo contrario, donde todo el mundo hace lo que le da la gana con todo el mundo, provoca que te miren como un bicho raro. Pero me siento muy contenta y muy orgullosa.

- ¿Qué le dice a aquellos que afirman que ser cristiano está pasado de moda?

- Respondo que es al contrario. Si alguien me pide ayuda, crea o no, siempre digo: «No te preocupes, confía en Dios y reza un poquito porque Él es quien más quiere que seas feliz. Tus amigos te pueden aconsejar en mil cosas, pero el que te quiere es tu Padre, el que está arriba, y nunca te va a fallar». La gente tiene una idea de Dios un poco lejana, y en realidad está contigo siempre y puedes sentirlo así.

- ¿Hace falta, entonces, que los cristianos demos más testimonio, que perdamos ese miedo?

- Desde luego que es necesario. Juan Pablo II no paraba de decirlo. A los jóvenes siempre nos decía que la fe no estaba pasado de moda. Si no hay testimonio acabaremos perdiendo espacio, nos «invadirán» otras religiones y retrocederemos.

- En las pasarelas, ¿conoce cristinos que no sean capaces de decirlo?

- Sí, les da miedo marcar la diferencia. Muchos lo interiorizan y no hablan de ello. Pocas veces me encuentro gente con las ideas tan claras como yo. Y no es que yo sea ejemplo de nada, todo lo contrario.

Una experiencia brutal. - Participó en las Jornadas Mundiales de la Juventud (JMJ) en Colonia, ¿qué tal fue la experiencia?

- Yo nunca había vivido unas JMJ con el Papa. En todos los sentidos fue muy, muy duro. Pero aprendí un montón de cosas, a compartir, a convivir con muchísimo tipo de gente. Te emocionas cuando estás rodeada por una masa de gente, de todos los países, de todos los idiomas, de todos los rasgos del mundo, y ves que toda esa gente ha ido a buscar lo mismo que tú, con la misma esperanza y siguiendo a Alguien. A todos se nos veía en la cara que compartíamos los mismos principios, las mismas ganas de vivir. Acababa casi todo el mundo con las lágrimas saltadas. La noche de la vigilia, en Marienfield, dormí super forrada, con leotardos, unos vaqueros, un montón de calcetines, un forro polar, un chaquetón, una camiseta interior y una sudadera. Me metí en el saco con eso, dos amigas, un chubasquero y una colchoneta en el campo...

- Como para defilar en pasarela...

- Sí, y maquilladas y todo (risas)

Un sacrificio que compensa. - ¿Qué es lo que más le marcó en Colonia?

- Después de todo lo que viví como «miss» y todos los pajaritos en la cabeza, tanta cosa, tanta gloria, tanta fama, promesas de dinero, lujos... en Colonia viví todo lo contrario. Fue una experiencia de vida brutal, la de volver a recordar lo que realmente importa en la vida. De golpe pasé del lujo al frío, el hambre, la sed, el cansancio... Recordé que sigo siendo la misma y seguiré sufriendo. Que en la vida hay momentos buenos y momentos malos, y que no todo es precioso y maravilloso. Que en la vida real hace falta «apechugar», y que si hacía falta estar así para escuchar lo que ibamos a escuchar, merecía la pena. Ofrecí todas las penurias que pasé. No es por decir, sino que todo era amor en el sacrificio y en mi caso lo ofrecí por mi hermana, por mi familia, para que le vaya bien a toda la gente que quiero.

- Si tuviera que elegir entre el certámen de Miss Internacional, al que acudió hace meses, o las Jornadas de Colonia, ¿con qué se queda?

- No puedo elegir, hay cosas buenas en ambas. Estar un mes entero en Tokio, sin mi familia, y sólo pensando en la belleza, en maquillarte, con aquel ambiente... es agotador.

- ¿De qué fuentes ha bebido en su formación cristiana?

- Formo parte del Movimiento de Cursillos de Cristiandad, en Sevilla. Mi formación es claretiana pero también soy cursillista, aunque este año los tengo un poco descuidados.

- ¿Cómo le gustaría terminar esta entrevista?

- Con la mejor de las intenciones propongo a todos los lectores que se hagan esta pregunta: «¿Qué quiere Dios de mí?». Quizá les ayude a encontrar un nuevo y verdadero sentido para su vida. (La Razón)

viernes, enero 13, 2006

Mario Au y Gary Chu: encontrar a Dios en Hong Kong

Este año se cumplen 20 años del inicio de la labor apostólica del Opus Dei en Hong Kong. Por este motivo, ofrecemos los testimonios de Mario Au y Gary Chu: dos personas que han encontrado la fe gracias a la amistad con fieles del Opus Dei.

12 de enero de 2006

Mario Au: un carnicero chino que descubrió el Opus Dei en un mercado de Hong Kong.

En un mercado de Hong Kong


Mario Au es un carnicero chino que trabaja en el mercado de Sai Wan Ho, un barrio de la periferia de Hong Kong. Una televisión italiana le pidió que contase su experiencia en el transcurso de un programa sobre el Opus Dei. Au estuvo hablando sobre su vida familiar en Tue Mun, sobre su trabajo en el mercado y su encuentro con Dios gracias a un amigo del Opus Dei que le fue mostrando la belleza de la fe, le enseñó el Catecismo y le acompañó en su itinerario de conversión hasta el Bautismo.

"Yo me paso el día cortando y vendiendo carne -contaba Au- y ahora, gracias a mis amigos del Opus Dei, he comprendido que le puedo ofrecer a Dios este trabajo mío de carnicero. Y aunque siga haciendo lo mismo de siempre -cortar, trozear, vender...-, procuro hacerlo cada vez mejor, con más entusiasmo.

Lo mismo me ha pasado en mi relación con los clientes, que son mujeres sobre todo. Antes me limitaba a decirles el precio y punto; ahora, aunque me encuentre cansado o nervioso, me esfuerzo por sonreír y hacer algún comentario animante.

A la mayoría de los chinos la vida en Hong-Kong nos resulta muy dura y fatigosa, y esto acaba influyendo en nuestras relaciones familiares. Yo antes, me enfadaba a la primera y mi mujer era también la primera que sufría las consecuencias...

En la actualidad estoy ganando en serenidad. Además, he conseguido dedicar más tiempo a mi familia. Mi momento favorito es el mediodía, porque he puesto los medios y almuerzo todos los días con mi mujer, y así podemos charlar un rato sobre nuestras cosas. Y dedico el domingo a la Misa y al descanso.

Estoy verdaderamente feliz por haber descubierto a Dios".

Pintura representativa del periodo Tang

Gary Chu: la oración de un artista.

Muchos cooperadores del Opus Dei, sobre todo en el Extremo Oriente, son no católicos y no cristianos. Aprecian el clima de amistad y de alegría que se vive en los centros de la Obra.

Es el caso de Gary Chu, pintor. Su padre era barrendero. Su familia, pobre y numerosa. No pudo realizar estudios de arte, pero en la escuela, mientras sus compañeros estudiaban los caracteres chinos, Gary Chu dibujaba a escondidas. Ha hecho algunos retratos del Fundador de la Obra.

En el momento de la entrevista, Gary está dando los retoques finales a una escena de Nuestra Señora con el Niño y un ángel jugando con una cometa. Es del estilo del periodo Tang.

“Todavía no soy católico pero pienso que algún día seré bautizado. Amo a Jesús, a la Virgen María y a San José, y gozo pintándolos. Les he pintado más de cien veces, y los cuadros están en diferentes partes del mundo; y cuando les estoy pintando les hablo, les rezo”.

Gary nos muestra uno de los primeros retratos que hizo de San Josemaría. "Como me dijeron que está adorando a Dios Sacramentado, pensé que tenía que pintarle concentrado, feliz y lleno de amor".

© 2006, Oficina de información del Opus Dei en Internet

Peregrinación a Torreciudad de una imagen de la Virgen de Kazán

El Santuario de Torreciudad recibió en la mañana del siete de enero la primera peregrinación mariana del año formada por un grupo de católicos rusos con el deseo de entronizar a una imagen de la Virgen de Kazán. Se trata de una representación del icono de la Madre de Dios más venerado por los ortodoxos rusos.

www.torreciudad.org

La imagen de la Virgen de Kazán presentada en Torreciudad ha sido elaborada en unos talleres de arte religioso de la ciudad rusa de San Petersburgo, por iniciativa del joven Elias Ivash junto a un grupo de compatriotas suyos y residentes en Cataluña. La imagen fue entregada al rector, que procedió a su bendición, incensándolas y rezando finalmente la oración empleada por Juan Pablo II con ocasión del envío del icono a Rusia.

Acto seguido, los asistentes asistieron a la santa Misa oficiada por mosén Joan Tarradellas, párroco de Artesa y encargado de atender a una parte de la comunidad rusa en Lérida. Al terminar la Eucaristía, los peregrinos han escuchado un breve recital de guitarra clásica ante el Portal de Belén, instalado en la cripta, como homenaje a la Sagrada Familia.

Apuntar que, horas antes de llegar la peregrinación, el icono fue bendecido durante el rito litúrgico greco-católico de la Navidad que fieles eslavos celebran tradicionalmente durante la medianoche del seis de enero. Además, los peregrinos ya han mostrado interés para traer un icono de la patrona de Ucrania y convocar a todas las personas de los pueblos eslavos a una Jornada Mariana.

El joven Elias Ivash, ha sido uno de los máximos impulsores de la peregrinación. Es original de San Petersburgo, dejó su país hace casi tres años y se ha instalado en España por aquello de “cambiar de mundo, traspasar fronteras, conocer otras culturas y.. buscar sol y calor”, dice. Ahora, reside en la localidad Artesa de Lérida donde compatibiliza sus estudios de quinto en el Conservatorio Superior de Música con conciertos en la banda municipal ‘Amadeo Erráiz’, en la que toca la tuba.

El joven músico conoció Torreciudad hace un año durante una excursión acompañado de “mosen Juan Torrellas”, párroco de una de las iglesias de su pueblo. En el santuario le atrajo la denominada Galería de Advocaciones Marianas, en la que se expone más de doscientas imágenes de la Virgen, pero en la que no había ninguna de origen ruso.

Al finalizar la jornada, los asistentes también han podido informarse sobre el quinto Encuentro Mundial de la Familia en Valencia, presidido por Benedicto XVI. En la oficina de información se les ha hecho entrega de diversa documentación, con noticias y datos del encuentro, y han mostrado gran interés de llevar una amplia peregrinación, en representación de las familias rusas. Según Elias, “estamos deseando que Benedicto XVI visite Rusia y pensamos que será posible cuando se nombre al sucesor del Patriarca Alexis. Esperando que en pocos años se rompan las fronteras que dividen a los católicos y ortodoxos.

La Virgen de Kazán es una de las imágenes más veneradas por los rusos, y su devoción, una de las más difundidas, puesto que es la patrona de millones de hogares rusos. La tradición cuenta que la imagen fue llevada por los generales a las batallas y se hizo conocida como la Kazanskaya, la “Protectora de Rusia”, convirtiéndose en el símbolo ruso de la victoria y la libertad.

HISTORIA DEL ICONO


El icono de la Madre de Dios de Kazan, el mas venerado por los ortodoxos rusos, tiene sus orígenes en el siglo XVI, aunque el icono actual, según estudios recientes, es del siglo XVIII.

Después de varios paraderos, el icono fue comprado en 1970 por el Ejército Azul, organización católica mariana dedicada a promover los mensajes y la espiritualidad de la Virgen en Fátima.

Permaneció en la capilla bizantina del hotel Domus Pacis que el Ejército Azul tiene en el santuario de Fátima. En 1993 fue entregado a Juan Pablo II, pasando así a los apartamentos papales por más de 10 años. El Papa tenía el ardiente deseo de ir a Rusia y entregárselo personalmente al patriarca ortodoxo ruso de Moscú.

Al no poder lograr su sueño de ir a Rusia, el Papa decidió enviar el icono a "nuestro hermano el patriarca Alejo II y a través de él a la santa Iglesia ortodoxa rusa y a todo el pueblo ruso". El 25 agosto del 2004, después de un solemne acto de despedida y veneración al que asistieron 7000 peregrinos, Juan Pablo II entregó a una delegación vaticana el icono de Kazan para que lo llevara el 28 de agosto al patriarca.

LA ORACIÓN DE JUAN PABLO II


El Papa compuso para la despedida de la Madre de Dios de Kazan una oración que reproducimos:

Gloriosa Madre de Jesús, que avanzas ante el pueblo de Dios en los caminos de la fe, del amor y de la unión con Cristo (Cf. «Lumen gentium», 63), ¡bendita seas!

Te llaman bienaventurada todas las generaciones porque ha hecho en tu favor maravillas el Poderoso, Santo es su nombre (Cf. Lucas 1, 48-49).

Bendita seas y honrada, Madre, en tu Icono de Kazan, en el que desde hace siglos estás rodeada por la veneración y el amor de los fieles ortodoxos, convirtiéndote en protectora y testigo de las obras particulares de Dios en la historia del pueblo ruso, muy querido por todos nosotros.

La Providencia divina, que tiene la fuerza de vencer al mal y de sacar el bien incluso de las malas obras de los hombres, hizo que tu santo icono, desaparecido en tiempos lejanos, volviera a aparecer en el santuario de Fátima, en Portugal. Sucesivamente, por voluntad de personas que te tienen devoción, fue acogido en la casa del sucesor de Pedro.

Madre del pueblo ortodoxo, la presencia en Roma de tu santa imagen de Kazan nos habla de una unidad profunda entre Oriente y Occidente, que permanece a pesar de las divisiones históricas y de los errores de los hombres.

Te elevamos ahora con especial intensidad nuestra oración, Virgen, mientras nos despedimos de esta sugerente imagen tuya. Con el corazón, te acompañaremos por el camino que te llevará hacia la santa Rusia. Acoge la alabanza y el honor que te rinde el pueblo de Dios que está en Roma.

Bendita entre todas las mujeres, al venerar tu icono en esta ciudad, marcada por la sangre de los apóstoles Pedro y Pablo, el obispo de Roma se une espiritualmente a su hermano en el ministerio episcopal, que preside como patriarca la Iglesia ortodoxa rusa. Y te pide, Madre Santa, que intercedas para que apresure el momento de la plena unidad entre Oriente y Occidente, de la plena comunión entre todos los cristianos.

¡Virgen gloriosa y bendita, señora, abogada y consoladora nuestra, reconcílianos con tu Hijo, encomiéndanos a tu Hijo, preséntanos a tu Hijo! Amén.

(Traducción del ruso realizada por www.zenit.org, ZS04082502)

© 2006, Oficina de información del Opus Dei en Internet

martes, enero 10, 2006

Lo dice Eulogio...

La mejor forma de ser colonizado es perder la lengua. Hispanoamérica es el patio trasero de Estados Unidos desde el mismo momento en que renuncia al castellano para implantar el inglés. Es más "fashion". Todo experto de comercialización hablará de "share" en lugar de "cuota" para demostrar sus conocimientos. La estupidez llega al ridículo cuando los trabajadores hacen "boxing" en lugar de meter las cosas en cajas para la mudanza.

La huella de un santo

El 9 de enero se cumplen 104 años del nacimiento de San Josemaría. Ofrecemos un vídeo y unos textos extraídos de la homilía “Amar al mundo apasionadamente”, pronunciada en el Campus de la Universidad de Navarra en 1967: síntesis de la amplia predicación del fundador del Opus Dei sobre la santidad en medio del mundo.

07 de enero de 2006

"O sabemos encontrar en nuestra vida ordinaria al Señor, o no lo encontraremos nunca".

Vea un extracto de esta homilía en vídeo

Lo he enseñado constantemente con palabras de la Escritura Santa: el mundo no es malo, porque ha salido de las manos de Dios, porque es criatura suya, porque Yaveh lo miró y vio que era bueno (Cfr. Gen 1, 7 y ss.). Somos los hombres los que lo hacemos malo y feo, con nuestros pecados y nuestras infidelidades. No lo dudéis, hijos míos: cualquier modo de evasión de las honestas realidades diarias es para vosotros, hombres y mujeres del mundo, cosa opuesta a la voluntad de Dios.

Por el contrario, debéis comprender ahora –con una nueva claridad– que Dios os llama a servirle en y desde las tareas civiles, materiales, seculares de la vida humana: en un laboratorio, en el quirófano de un hospital, en el cuartel, en la cátedra universitaria, en la fábrica, en el taller, en el campo, en el hogar de familia y en todo el inmenso panorama del trabajo, Dios nos espera cada día. Sabedlo bien: hay un algo santo, divino, escondido en las situaciones más comunes, que toca a cada uno de vosotros descubrir.

(...) Hay una única vida, hecha de carne y espíritu, y ésa es la que tiene que ser –en el alma y en el cuerpo– santa y llena de Dios: a ese Dios invisible, lo encontramos en las cosas más visibles y materiales.

No hay otro camino, hijos míos: o sabemos encontrar en nuestra vida ordinaria al Señor, o no lo encontraremos nunca. Por eso puedo deciros que necesita nuestra época devolver –a la materia y a las situaciones que parecen más vulgares– su noble y original sentido, ponerlas al servicio del Reino de Dios, espiritualizarlas, haciendo de ellas medio y ocasión de nuestro encuentro continuo con Jesucristo.

Os aseguro, hijos míos, que cuando un cristiano desempeña con amor lo más intrascendente de las acciones diarias, aquello rebosa de la trascendencia de Dios. Por eso os he repetido, con un repetido martilleo, que la vocación cristiana consiste en hacer endecasílabos de la prosa de cada día. En la línea del horizonte, hijos míos, parecen unirse el cielo y la tierra. Pero no, donde de verdad se juntan es en vuestros corazones, cuando vivís santamente la vida ordinaria...

© 2006, Oficina de información del Opus Dei en Internet

'Sólo me he ido a dormir... Os quiero'

NOTA DE UNO DE LOS MINEROS DE EEUU ANTES DE MORIR

Éste y otros cuatro mensajes encontrados en el vestuario han dado cierto consuelo a los familiares

Martin Toler Jr, con su nieto en 2001. (Foto: AP)

Martin Toler Jr, con su nieto en 2001. (Foto: AP)

EL MUNDO
Actualizado domingo 08/01/2006 09:46

WASHINGTON.- El hallazgo de cinco notas escritas por los mineros de Virgina Occidental antes de morir asfixiados ha servido para proporcionar a sus familias un consuelo extraordinario. En uno de esos mensajes, Toler Jr se despide de sus seres queridos mientras entraba en un profundo sueño: "Esto no es tan malo. Tan sólo me he ido a dormir. Os quiero".

Echado junto a sus 11 compañeros sobre el suelo de aquella galería inundada de monóxido de carbono y sabiendo que su muerte estaba cerca, el minero Martin Toler Jr. sacó de su bolsillo un bolígrafo y un trozo de papel arrancado de un formulario de solicitud de un seguro y garabateó un mensaje de despedida para su familia. Con mano temblorosa y mientras iba cayendo en un profundo sueño -del que era consciente que nunca iba a despertar-, Toler escribió: "Decidles a todos que les volveré a ver en el más allá".

Después, a la derecha de donde había escrito su despedida, añadió unas cuantas palabras, que han servido al menos para llevar un leve consuelo a toda la comunidad de Virginia Occidental que se ha visto devastada por la tragedia minera de la semana pasada.

"Esto no es tan malo. Tan sólo me he ido a dormir", añadió este capataz de 51 años, uno de los fallecidos tras verse atrapados bajo tierra cuando explotó una galería en las primeras horas del pasado lunes. "Os quiero" se limitaba a despedirse.

A los familiares de estos mineros se les había hecho creer, durante tres horas del pasado martes, que 12 de los 13 afectados por el desastre habían sido encontrados con vida, y todo ello antes de que les comunicaran que, de hecho, eran 12 los mineros fallecidos. Tom Toler, un hermano mayor de Martin que había trabajado con él durante 30 años en la mina de Sago, aseguraba que aquella nota que se había encontrado la había escrito su hermano de una "manera muy ligera, sin apretar demasiado el bolígrafo" en la parte posterior de un formulario de solicitud de un seguro.

"Para mí, esto quiere decir que la nota fue escrita cuando mi hermano se encontraba ya en una fase terminal", afirma Tom. Además, comentaba que su hermano, al igual que su padre y su abuelo, era un hombre muy religioso, y que, con toda probabilidad, habría podido presenciar cómo "se iban a dormir" varios miembros de su equipo antes de decidirse a escribir la nota en cuestión.

Mensaje de despedida. (Foto: AP)

Mensaje de despedida. (Foto: AP)

Peggy Cohen -cuyo padre Fred Ware también murió en la catástrofe- asegura que cuando acudió al depósito de cadáveres para identificar al fallecido, los médicos forenses le aseguraron que varias de las víctimas habían dejado notas escritas.

"En todas las notas se decía que no estaban sufriendo, que simplemente se iban a dormir", manifestaba Peggy Cohen. Y añadía que, cuando pudo verle, su padre tenía un aspecto sumamente pacífico y que la única marca que tenía en todo su cuerpo era un simple cardenal en el pecho. "Me reconforta mucho saber que no sufrió".

Según el informe final del accidente, 12 de los 13 mineros consiguieron sobrevivir a la explosión y se arrastraron hacia lo más profundo del pozo (unos 3.962 metros) para intentar escapar del monóxido de carbono, que finalmente inundó toda la galería. La angustiosa labor de socorro duró 41 horas marcadas por la confusión.

El único superviviente del accidente, Randal McCloy, de 26 años, se encontraba ayer en situación estable, aunque en estado crítico por la intoxicación y los médicos no descartan que haya sufrido algún daño irreversible.