martes, mayo 25, 2010

domingo, mayo 23, 2010

La mejor X no es la del porno (versión 2010)

McCOy está esplendido en esta versión:

Hoy les voy a abrir mi corazón como probablemente no lo haya hecho nunca. Les voy a dejar entrar dentro de mis convicciones más íntimas. Les voy a acercar a mis coordenadas vitales más estructurales. Les voy a invitar, en la sala de estar de mi alma, a un café de intercambio de ideas en el que sólo les pongo tres condiciones de partida, aun sabiendo que lo que escribo a partir del final del segundo párrafo será motivo de rechazo para unos y adhesión para otros.

Primera, todo lo que aquí se recoge es fruto de una experiencia personal y, por ende, intrínsecamente subjetiva, y distinta de la que hayan podido vivir cualquiera de ustedes. Pero con la misma legitimidad. Ni mayor ni menor.

Segunda, su exposición no pretende ni convencer ni refutar, sino simplemente dar argumentos desde la conciencia que se ha configurado en mí a lo largo de los años gracias a la primera premisa que les he señalado. De ahí el orden. Tercero y último, siempre he pensado que, ante los hechos de la vida, sean éstos excelsos o aberrantes, a servidor le corresponde dar una opinión pero no pronunciar un juicio que implique absolución o castigo. Ni civil ni moralmente. Para eso estarían la justicia humana y, quienes crean en ella, la divina. Por último, una coda adicional: la reflexión versa sobre una decisión de clave económica que le da cabida en este Valor Añadido. Sobre estos cuatro parámetros de partida, la pública confesión: McCoy pondrá X en la casilla de financiación a la Iglesia Católica y, sinceramente, cree que hoy es más necesario que nunca hacerlo. Déjenme que me explique. Trataré de ir de lo más genérico a lo específico. No me alargaré.

El 12 de mayo de 2008 y 2009, Valor Añadido llegaba a sus particulares quioscos digitales con exactamente la misma entradilla que acabo de reproducir. 365 días en los que la situación económica y social en España no ha ido a mejor, sino todo lo contrario. Un año en el que gran parte de los elementos de juicio que entonces les exponía, para su debate y consideración, han ido ganando presencia pública de la mano del acelerado aumento de los necesitados en nuestro país. La vigencia de aquel artículo es tal que creo oportuno reproducirlo en su integridad. Como siempre, una opinión más que queda sujeta a su severo juicio diario. Quedo, como no podía ser de otra manera, a su disposición.

En primer lugar, y mal que nos pese, España es cristiana. El cristianismo está tan intrínsecamente arraigado en nuestra sociedad que pretender su erradicación o su equiparación al resto de las confesiones es un ejercicio de falsa progresía que está bien de cara a la galería pero que carece del menor fundamento histórico. La Historia de España, para bien y para mal, no se entiende en muchos de sus capítulos sin la clave de la fe. Buena parte de sus instituciones y de sus manifestaciones culturales encuentran en ella su génesis y justificación. Eso por no hablar del calendario de festividades, ejemplo palmario donde los haya. La fe ha dado a España momentos de esplendor y motivos de vergüenza pero estoy convencido de que, si hiciéramos balance, debemos mucho más a la fe católica que el esfuerzo que ella pide a día de hoy a los creyentes y a los que no lo son.

En segundo término, se trata de un ejercicio de coherencia personal. Porque, vamos a ver, esos mismos que despotrican de los obispos y de su afán diario por negar cualquier atisbo de progreso en la sociedad -afirmación sobre la que volveremos más adelante- son muchas veces los que hacen un uso arbitrario de los sacramentos (bautizos, bodas o comuniones, fundamentalmente) cuando les conviene o matarían por la Virgen del lugar que les es propio, que a Ella no se la toque nadie. Viva la Virgen del Rocío, la Blanca Paloma. Cuando se produce una utilización interesada de la fe o de cualquiera de sus manifestaciones, abuso sobre el que la Iglesia normalmente no se pronuncia, lo menos que pueden hacer los interfectos es colaborar económicamente a que tales actos y expresiones se sigan produciendo, digo yo. Por mera dignidad.

Pero es que, además, resulta curioso cómo con la Iglesia se ha instaurado un nuevo esquema de juicio que escapa a lo normal. La reflexión sobre su acción se centra más en lo que dice que en lo que hace, en sus manifestaciones públicas que en la labor abnegada de muchas personas que simplemente tratan de construir, con mayor o menor éxito, un mundo mejor. Los conceptos Cáritas y pobres, se trata de sólo un ejemplo, están indisolublemente unidos. La cercanía a la labor diaria de esta institución desmonta mitos dogmáticos; acerca a mucha, demasiada, generosidad ejercida en las catacumbas del silencio y produce la satisfacción de ver que allá donde hay necesidad, está la Iglesia siempre sin mirar el carnet de identidad del necesitado, ni pedir contraprestación. No hay que olvidar que el ejemplo de Teresa de Calcuta descansaba sobre tres pilares: su fe, su tarea apostólica y la fidelidad a la Iglesia, siendo ésta última la característica de su Misión, no sé si conscientemente o no, más olvidada. No puede ser el rechazo a sus palabras lo que niegue el pan y la sal necesaria para la realización de su imprescindible labor.

Tercero y último, una afirmación bomba. Miren ustedes, yo creo sinceramente que la Iglesia es la institución más progresista que hay en el mundo actual. Quienes frecuenten este Valor Añadido sabrán que servidor asocia progreso a dos conceptos: avance y mejora. Pues bien, en la búsqueda de un uso responsable de la libertad individual y del bien social, la Iglesia está siendo mucho menos conservadora que aquellos que quieren deshumanizar la vida sobre la base de una existencia sin Dios, que, si no existiera, habría que inventarlo. Para muestra un botón: en 1980 había 36 millones más de niños que de jubilados en Europa, ahora el déficit es de 6. Eso sí, se produce un aborto cada 30 segundos. Voz que clama en el desierto. Lo mismo se podría decir en términos de estabilidad familiar, respeto por los mayores, refuerzo de la autoridad de padres y maestros o ausencia de manipulación educativa. Todo es, por supuesto, discutido y discutible pero ojalá no tengamos que decir un día, cuánta razón tenía.

Hay un último apartado con el que termino, que seguro es una perogrullada, sí, pero de alcance. Con la Iglesia sé lo que financio y por qué lo financio. No rellenando la casilla a favor de la Iglesia Católica me expongo a la discrecionalidad del Gobierno, de cualquier gobierno, que no hará uso de mi cuota de generosidad teniendo en cuenta mis propios intereses sino mirando por aquellos a quienes conviene subvencionar, bien para que callen o para que griten más fuerte, tanto monta, monta tanto. Y eso, intelectualmente, resulta, en mi opinión, una renuncia absurda y una cesión demasiado generosa respecto a la prácticamente única parcela de decisión que, respecto al destino de nuestros tributos, podemos adoptar.












miércoles, mayo 19, 2010

Entrevista a Tim Guénard

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Lo publica la revista Misión y se ha escrito un libro.


Cuando tenía tres años su madre le abandonó atado a un poste de electricidad. A los cinco años su padre le dio una paliza que le retuvo en un hospital hasta los siete años. El resto de su infancia la pasó de una casa de acogida a otra, hasta que, ya en la adolescencia y tras varias estancias en la cárcel para menores, vivió la ley de la calle para subsistir. Con esa vida, lo único que le animaba a seguir era el deseo de matar a su padre. Pero el “Big Boss” –como llama a Dios– y el encuentro con personas clave hicieron que su camino diese un giro de 180 grados hacia el perdón y el amor.

Tim GUÉNARD fue un niño rechazado y maltratado por las personas que más le importaban: sus padres. Como su familia no quiso hacerse cargo de él, entró en un orfanato a los siete años donde tampoco nadie lo quiso adoptar. Sufrió el maltrato y el desprecio de las personas encargadas de su cuidado y acabó en un hospital psiquiátrico por un error administrativo. De allí fue a parar a un reformatorio, donde aprendió a pelear y a odiar al mundo entero… Sólo las ganas de matar a su padre le mantuvieron en pie, convertido ya en todo un delincuente de 12 años.

El círculo vicioso siguió su curso con más huidas, maltratos físicos, vivencias en la calle, una violación y las mafias de la prostitución. Pero a los 16 años, una jueza –“la señora jueza”– fue la primera persona que realmente se ocupó de él; le consiguió un trabajo como aprendiz de escultor de gárgolas y, con esta profesión, Tim comenzó a ser alguien. Tras cumplir la mayoría de edad, el encuentro con otras personas clave le llevaron por un camino de renovación, de perdón y superación de aquella dramática espiral que asoló toda su vida.

Apoyado en el “Big Boss”, Tim es hoy un hombre de casi 50 años, que vive en el sudeste de Francia, cerca de Lourdes, y que está felizmente casado con Martine, con quien tiene cuatro hijos. Un hombre que acoge en su propia casa a personas con problemas, a las que orienta y da ánimos para que encuentren nuevos motivos para vivir, ofreciéndoles un techo y una mano amiga. Un hombre que no olvida la promesa que se hizo en su adolescencia: acoger a otros con las mismas necesidades que él sufrió.

Pero la misión de Tim no sólo se desarrolla en Francia, el culmen de su renovación interior fue escribir un libro autobiográfico (Más fuerte que el odio. Gedisa, 2003), donde desgrana con sencillez y sinceridad la historia de su vida. A partir de entonces, acude a donde le llaman para narrar su experiencia, demostrándole al mundo que “el hombre es libre de alterar su destino”.

Cuando piensa en su infancia, ¿cuál es su peor recuerdo?
El peor es haber estado tres años en la cama de un hospital por culpa de los golpes que me dio mi papá. Cuando bebía, no sabía lo que hacía y me pegaba sin darse cuenta. Lo que más me dolió es que durante ese tiempo de convalecencia, nunca tuve una visita.

Un día en el hospital, vio que a su compañero de habitación se le cayó el envoltorio de uno de los regalos que recibió. Usted cogió ese papel y lo escondió. Cuenta en su libro que, a pesar de su situación, este simple papel le ayudó a salir adelante... 

Sí, eso fue lo que me ayudó. El papel tenía el dibujo de un tren con vagones llenos de juguetes y un oso de peluche que movía su brazo. Lo escondí en los baños del final del pasillo y todos los días me arrastraba hasta allá (no podía andar) para ver mi papel a escondidas; me daba la impresión de que el osito me decía “¡Hola Tim!” y que me daba las buenas noches al final del día. Para mí era la única visita (esto demuestra que lo que desechan los demás puede ser importante para otros). Ese papel me dio un poco de calor y suscitó en mí el deseo de volver a caminar. Gracias a ese esfuerzo para ver mi papel de regalo, aprendí a andar nuevamente.

¿Qué se necesita para superar una situación como la que describe?

Siempre es necesaria la motivación. Yo soñaba que habían metido a mi papá en una lavadora y que llegaba todo nuevo. ¡Tenía tantas ganas de un beso!, o de una mirada, un gesto; pero tristemente nunca llegó... Un día ya no tuve ganas de eso, tuve ganas de vivir para matarlo; y el odio me dio fuerza.

Sin embargo, insiste en que el odio y la violencia no son genéticos, ¿cómo romper ese círculo vicioso?

Si una persona no sale de su entorno, no se da cuenta de cómo es en realidad y, por desgracia, reproduce esas actitudes inconscientemente. Cuando ves a personas que quieren y son queridas eso te ayuda a no reproducir malas conductas. Para los que no tienen cariño, ver a gente con amor es como mirar ese escaparate donde no se puede comprar. Sin embargo, puedes decir: “pues yo algún día viviré de otro modo”. Yo no he reproducido la violencia simplemente porque encontré a gente que me hizo desear cosas más positivas.

¿Qué le permitió olvidar y perdonar?

Ha sido un camino imprevisto en el que encontré a gente que dice en voz alta lo que tú piensas en bajito. Esos que van unos pasos por delante de ti, que han tenido una vida difícil y que ahora tienen una vida muy bella. Me preguntaba por qué y pensaba que yo también tendría una vida así en el futuro. Esa gente te da ambiciones, incluso sin que tú lo sepas. Por eso la mejor manera de ir en contra del destino es ir al encuentro de los demás; porque te dan ilusiones y te enseñan que la vida tiene otro paisaje.

Usted acoge en su familia a jóvenes con problemas, ¿qué les ofrece a diferencia del DASS (el servicio del Estado para niños abandonados)?

Es muy importante que esos jóvenes vean que la vida no es una fantasía, que hay otro modo de existir, que cuando uno comete un error puede pedir perdón e intentar no volver a hacerlo. Para que ellos se convenzan, lo tienen que ver en la práctica. Nosotros acogemos a los jóvenes y delante de ellos vivimos como una familia normal, por eso no es difícil para ellos imitarnos. Si fuéramos gente “perfecta” sería difícil imitarnos, pero justamente los roces que tenemos en la familia nos dan la oportunidad de crecer. Por eso, los jóvenes piensan: ¿y si yo también fuera capaz de mejorar?

¿Qué les diría a los jóvenes para animarlos a mirar más alto?

A los que tienen la suerte de tener una familia, les diría que es importante respetarla, honrarla y aceptarla; que ni aquellas personas a las que más queremos son perfectas. Muchas veces pregunto a la gente: “¿les has dicho a tus padres o a tus hijos que los quieres?”. Y la gente me dice: “ya lo saben”. Para criticar y decir lo malo, la gente no pone medida; sin embargo, cuando toca decir “te quiero” o “estoy orgulloso de ti” muchos se callan. Se anima a los futbolistas o a los ciclistas, pero es necesario que nos animemos entre nosotros. No es necesario ser un famoso para que alguien te anime. Y cuando los jóvenes ven eso, se producen cambios extraordinarios.





¿Qué influencia ha tenido su esposa sobre usted?

Mi mujer viene de un entorno completamente distinto, en el que no había problemas ni confusiones. Ella es diferente: es sencilla y vive sin complicaciones mentales. Conocía cosas que yo desconocía, tenía valores que me atraían... a veces los extremos se atraen. Y, ante todo, tuvo una mirada bella sobre mí porque si algunas veces soy guay, otras soy muy tonto. Cuando hablábamos yo le decía: “confía en mí y ya verás. Cambiaré”. Algunas cosas las cambiaba fácilmente pero en otras tenía que ponerme tres o cuatro veces. Ella ha tenido la paciencia y la delicadeza de creer en mí, incluso cuando yo dudaba de mí mismo.

¿Y sus hijos?

Los hijos son un regalo hermoso. Hay espejos para mirarse, peinarse y vestirse, pero el espejo para cambiar tu vida está en aquellos que más quieres. Porque uno solo no puede verse a sí mismo. No es suficiente con decirte que vas a cambiar. Los niños exigen que no te des a medias. Ser adulto es fácil, pero para ser una gran persona, se necesita a los niños.

Mis hijos me decían que no hubieran querido tener otro papá y eso me hacía sentir muy orgulloso. Me decían: “papá, has cambiado mucho, eso está muy bien, ya no te peleas”. Yo les digo a mis hijos: “si papá hace algo bien, decírselo; y si hace algo mal, también”. Mi reto es mejorar cada día.

Ha tenido momentos duros pero también luces en la oscuridad: encuentros hermosos como, por ejemplo, con la Madre Teresa de Calcuta en Roma...

Pues yo no lo hice a propósito, no sabía ni quién era. Para mí era una anciana. Eso es otro ejemplo de lo que ha pasado en mi vida: tener encuentros que si los hubiera buscado nunca los habría vivido. Para mí son caricias del “Big Boss”; la vida no sólo te trata mal, eso únicamente pasa en las malas películas. En la vida real, cuando se escucha a la gente que se ha levantado después de vivir situaciones difíciles, uno se da cuenta de que nadie se levanta solo. Yo mismo he tenido personas en mi camino: el indigente que me enseñó a leer, papá Gaby (su padre adoptivo de los servicios sociales del Estado), la buena jueza y el padre Thomas. Todos son como regalos. El regalo más bonito en la vida son las personas que uno ha querido y quiere; y se necesita la vida entera para conocerlas.

Cuando expone su testimonio de vida, ¿cree que ayuda a las personas que tienen problemas?

Yo nunca pido dar ninguna charla pero hay gente que me invita. Recibo muchos correos de personas que han cambiado su vida porque se dicen: “si Tim lo ha conseguido, yo también puedo”. Mucha gente afirma que mi testimonio le ha dado sentido a su vida. Algunos han dejado de beber o de ser violentos y vienen a darme las gracias. Pero yo no he hecho nada. Por ejemplo, la gente lee mi libro y piensa: “Tim no es mejor que yo, así que igual yo también puedo cambiar”.

Por desgracia, se necesita tiempo para que los demás se den cuenta de las cosas, por eso la gente no tiene que desesperarse a la hora de hacer el bien. El campesino, cuando siembra, no va al día siguiente a su campo a echarle la bronca a la tierra y a pedirle que se dé prisa en dar frutos. El amor que se da en este mundo es similar: no es para gente que tiene prisa.

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martes, mayo 18, 2010

ORACIÓN PARA EL AÑO SACERDOTAL

Queda poco y hay que seguir pidiendo:

Pronunciada por el Santo Padre (19-06-2009)



Señor Jesús:

Tu has querido dar a la Iglesia, en San Juan María Vianney, una imagen viviente y una personificación de tu caridad pastoral, haz que en su compañía y ayudados por su ejemplo vivamos plenamente este Año Sacerdotal.

Haz que, como El, podamos aprender delante de tu Eucaristía cuánto sea simple y cuotidiana tu Palabra que nos instruye; cuánto sea tierno el amor con el que acoges a los pecadores arrepentidos y cuánto sea consolador abandonarse confidencialmente a tu Madre Inmaculada.

Haz, Señor, que, por intercesión del Santo Cura de Ars, las familias cristianas lleguen a ser “pequeñas Iglesias” en las que todas las vocaciones y los carismas, infundidos por el Espíritu Santo, puedan ser acogidos y valorizados. Concédenos, Señor, poder repetir, con el mismo ardor del Santo Cura, las palabras que el mismo solía dirigirte:

“Te amo, mi Dios, y mi solo deseo
es amarte hasta el último respiro de mi vida.
Te amo, oh Dios infinitamente amable,
y prefiero morir amándote
antes que vivir un solo instante si amarte.
Te amo, Señor, y la única gracia que te pido
es aquella de amarte eternamente.

Dios mío, si mi lengua
no pudiera decir que te amo en cada instante,
quiero que mi corazón te lo repita
tantas veces cuantas respiro.

Te amo, oh mi Dios Salvador,
porque has sido crucificado por mi,
y me tienes acá crucificado por Ti.
Dios mío, dame la gracia de morir amándote
y sabiendo que te amo”. Amen.

lunes, mayo 17, 2010

Oración del hijo


Oración a la Virgen María
Santa María, Madre de Dios,
consérvame un corazón bueno,
limpio, puro y transparente,
como un manantial;
dame un corazón sencillo,
que no albergue tristezas;
un corazón magnánimo
al entregarse,
tierno para la compasión;
un corazón fiel y generoso
que no olvide ningún bien,
ni guarde rencor por ningún mal.
Dame un corazón dulce y humilde,
delante de tu Hijo Jesús;
Dame un corazón grande
que ninguna ingratitud cierre,
un corazón preocupado
por la gloria de Jesucristo,
herido de su amor
con una llaga que solo cierra
en la eternidad.
María hazme un corazón humilde
Y  misericordioso como el de
Tu Hijo Jesús.
 Amén.


Encuentro del Papa con el presidente de Boliva, Evo Morales

domingo, mayo 16, 2010

Alec Guinness: el paso a la fe católica del viejo maestro Jedi

Hasta ahora era desconocido para el gran público la conversión al catolicismo de Alec Guinness, el famoso actor que dió vida al maestro Jedi en La Guerra de las Galaxias, o su conocido papel en El puente sobre el Río Kwai, así como la intensa vida de piedad que profesaba.

Pablo J. Ginés/Forum Libertas

En 2005 apareció en inglés la biografía oficial del actor británico Alec Guinness, fallecido el año 2000. Guinness fue ídolo de toda una generación por su papel del maestro jedi Obi Wan Kenobi en La Guerra de las Galaxias, pero antes ya se había hecho un enorme prestigio en el mundo del cine, con un Óscar en 1957 por su papel en El puente sobre el Río Kwai. El biógrafo, Piers Paul Read, presta en esta obra ( Alec Guinnes: the authorized biography ), una atención especial a la fe católica del actor, la fe de un converso en la que siempre encontró consuelo y crecimiento. .


Hijo de madre soltera y bebedora
La infancia de Guinness no fue fácil: nació en Londres en 1914, nunca supo quién fue su padre y vivía en pensiones con una madre que apenas se preocupaba de él. “Mi madre era una puta”, diría con dureza Guinness a John le Carré. “Se acostó con toda la tripulación del yate de Lord Moyne en la Regata Cowes y cuando dio a luz llamó Guinness al bastardo pero mi padre fue probablemente el maldito cocinero”. Era bebedora y robaba cosas. Como reacción a esta infancia, cuando años después Guinness triunfe, desarrollará un cierto dandismo, un puntillismo famoso en círculos artísticos y un gusto por los trajes elegantes y las compras exquisitas.

Controlar la homosexualidad mediante la oración
En su época de estudiante Guinness conoció los ambientes turbios de la homosexualidad e incluso experimentó inclinaciones en este sentido, aunque parece ser que las resistió. El biógrafo recoge su amistad con el director Peter Glenville, un católico convencido, que sin embargo mantuvo una relación homosexual de por vida a la vez que reconocía la necesidad de confesarlo, arrepentirse y seguir la enseñanza de la Iglesia. Guinness escribió que este tipo de pasiones “podían controlarse, si no curarse, mediante la oración, el arrepentimiento y la Gracia de Dios”.

Comienza su carrera de actor
Tras la escuela, trabajó un año en una firma publicitaria y después empezó a formarse como actor. En 1934 John Gielgud puso en marcha su exitosa carrera con el papel de Osric enHamlet.

El catolicismo, “regimiento de élite”
Durante la Segunda Guerra Mundial Guinness adoptó el anglocatolicismo, la rama ritualmente más parecido al catolicismo de la Iglesia Anglicana. En aquella época, los anglicanos no ordenaban mujeres ni casaban homosexuales y la doctrina era muy cercana a la católica. Según escribió, la religión anglicana era “un baluarte psicológico contra las incertidumbres de la guerra y el miedo al futuro y me mantuvo por el buen camino”. Incluso, después de casarse, jugó un tiempo con la idea de hacerse sacerdote anglicano. Pero ya entonces, en los años de la guerra, siendo oficial en la Royal Navy, consideraba que el catolicismo era “el regimiento de élite” del que pensaba que no podía permitirse sus “caros uniformes”.

Un pacto con Dios
A los cuarenta años Guinness escribe en su diario: “mi alma, mi cuerpo, mi cerebro languidecen necesitando religión. El mundo es demasiado inhóspito e inexpresivo sin un sentido de adoración”. Cuando su hijo Matthew cayó enfermo de poliomelitis, Guinness hizo el pacto con Dios de convertirse si el chico se recobraba: Matthew se curó y Guinness se convirtió. Así lo explica en su autobiografía Blessings in Disguise (1985), aunque Piers Paul Read y otros señalan que fue en realidad un paso más en un deseo lento pero tenaz de vivir y crecer en fe.

Leerá  a Newman, Chesterton, Belloc...
A partir de ese momento, Guinness devorará las obras espirituales del cardenal Newman, de Chesterton, de Hilaire Belloc, de Knox, de Carlos de Foucauld y de santa Teresa de Ávila. En uno de sus diarios apunta un pasaje de las Revelaciones del Amor Divino, una de las visiones de la beata medieval Juliana de Norwich: Vi una cosa pequeñita en la palma de mi mano, del tamaño de una avellana, redonda como una bolita. Pensé, ¿qué será esto? Y se me respondió: “esto es todo lo que ha sido hecho”. Me maravilló como podía mantenerse y no caer en la inexistencia por su pequeñez. Se me respondió: “se mantiene, y se mantendrá siempre, porque Dios lo ama”.

A Guinness le cautivó esta visión y en su caja de maquillaje llevaba siempre una avellana, que era lo primero que sacaba y ponía en la mesa del camerino al llegar a un teatro.

Un actor contra los pecados de la lenguaTambién era un lector devoto de san Francisco de Sales, patrón de escritores y periodistas. Guinness tenía una innegable capacidad para hacer daño a la gente con comentarios hirientes, y debía inspirarse en las palabras de este santo en su lucha desigual por no decir más mofas y ofensas, “el peor pecado de la lengua que podemos cometer contra nuestro hermano”, según el santo obispo de Ginebra. Guinness lo veía como un santo práctico, con métodos aplicables. “Voy y vengo y vuelvo a empezar en mi vida religiosa, pero se profundiza, creo, y rezo y confío”, diría a un amigo esos días.

Una caricia de Dios
También creía que Dios permitía que cada hombre y mujer, alguna vez, recibieran “de acuerdo a su capacidad, un destello de Su promesa a ellos, una impresión de lo que la eternidad podría significar, un destello de su adopción como Hijos de Dios y al retirarse este destello, darse cuenta de lo que significa la Caída del Hombre. Se nos deja con una sensación exultante y al mismo tiempo, junto con su felicidad, una tristeza que es difícil que volvamos a encontrar en esta vida. Es una zanahoria dorada ante unos burros... que podrían ser dioses”.

Destello de eternidad
Párrafos como este, que podemos encontrar en otros grandes cristianos ingleses de esos años, como C.S.Lewis o J.R.R.Tolkien acercan la experiencia mística, el “destello de eternidad”, a los hombres. No es extraño que estos artistas hayan llegado a tantos lectores y espectadores.

Consciente de sus fallosGuinness era muy consciente de sus pecados y fallos, “dolorosos, cuando no ridículos o aburridamente repetitivos”. Fue consciente de sus fallos y de hecho la mayoría de sus papeles en cine o teatro trataban el tema del fracaso, fuese como soldado o espía, oficinista o vendendor, científico o noble en desgracia. En su vida espiritual, su reconocimiento de esta debilidad y su dependencia de los sacramentos fortaleció su fe.

Una mujer de bandera
Guinness fue amigo de sus amigos, generoso y fiel a su esposa. Sin embargo, siempre se mostró desdeñoso e hiriente con cosas que eran valiosas para ella, sus libros infantiles, sus ilustraciones, su cocina. Su esposa Merula veía estos fallos como resultado de su dandismo compulsivo y los perdonaba. “Según unos cuantos de sus amigos más cercanos, mientras Alec mantenía su viejo y difícil yo, era Merula quien ganaba en sabiduría y bondad, adquiriendo el genio de la santidad que había eludido a Alec”, escribe en esta biografía Piers Paul Read.

Un palmarés impresionante“Con todas las contradicciones de su maquillaje, siempre hubo un núcleo de verdad allí en el medio que fue lo que reconocí cuando nos enamoramos por primera vez. Supe que siempre podría confiar en él”, escribió Merula tras la muerte de su esposo, una de las figuras públicas más conocidas del catolicismo público inglés en el arte del s.XX. En su palmarés quedaba el Oscar de 1957 al mejor actor y un Globo de Oro por El puente sobre el río Kwai; el premio honorífico de la Academia en 1980 por su contribución cine; sus nominaciones al Oscar como actor principal por The Lavender Hill Mob en 1951, y también las nominaciones como actor de reparto por La guerra de las galaxias en 1977 y Little Dorrit en 1988.

El viejo maestro Obi Wan Kenobi parece fracasar cuando muere.

viernes, mayo 14, 2010

ANUNCIACIÓN



¡Trasunto de cristal
bello como un esmalte de ataujía!

Desde la galería
esbelta, se veía
el jardín. Y María
virgen, tímida, plena
de gracia, igual que una azucena,
se doblaba al anuncio celestial.

Un vivo pajarillo
volaba en una rosa.
El alba era primorosa.
Y, cual la luna matinal,
se perdía en el sol nuevo y sencillo,
el ala de Gabriel, blanco y triunfal.
¡Memoria de cristal!

Juan Ramón Jiménez


jueves, mayo 13, 2010

Oración del Santo Padre a la Virgen de Fátima

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Señora Nuestra
y Madre de todos los hombres y mujeres,
aquí estoy como un hijo
que viene a visitar a su Madre
y lo hace en compañía
de una multitud de hermanos y hermanas.
Como Sucesor de Pedro,
al que se le confió la misión
de presidir el servicio
de la caridad en la Iglesia de Cristo
y de confirmar a todos en la fe
y en la esperanza,
quiero presentar a tu Corazón Inmaculado
las alegrías y las esperanzas,
así como los problemas y los sufrimientos
de cada uno de estos hijos e hijas tuyos,
que se encuentran en Cova de Iria
o que nos acompañan desde la distancia.

Madre amabilísima,
tú conoces a cada uno por su nombre,
con su rostro y con su historia,
y quieres a todos
con amor materno,
que fluye del mismo corazón de Dios Amor.
Te confío a todos y los consagro a ti,

María Santísima,
Madre de Dios y Madre nuestra.
El Venerable Papa Juan Pablo II,
que te visitó tres veces, aquí en Fátima,
y te agradeció aquella "mano invisible"
que lo libró de la muerte,
en el atentado del trece de mayo,
en la Plaza de San Pedro, hace casi treinta años,
quiso ofrecer al Santuario de Fátima
la bala que lo hirió gravemente
y que fue colocada en tu corona de Reina de la Paz.
Nos consuela profundamente
saber que estás coronada
no sólo con la plata
y el oro de nuestras alegrías y esperanzas,
sino también con la "bala"
de nuestras preocupaciones y sufrimientos.

Te agradezco, Madre querida,
las oraciones y sacrificios
que los Pastorcillos
de Fátima realizaron por el Papa,
animados por los sentimientos
que tú les habías infundido en las apariciones.
Agradezco igualmente a todos aquellos que,
cada día,
rezan por el Sucesor de Pedro
y sus intenciones,
para que el Papa sea fuerte en la fe,
audaz en la esperanza y ferviente en el amor. Madre querida por todos nosotros,
te entrego aquí en tu Santuario de Fátima,
la Rosa de Oro
que he traído desde Roma,
como regalo de gratitud del Papa,
por las maravillas que el Omnipotente
ha realizado por tu mediación
en los corazones de tantos peregrinos
que vienen a esta tu casa materna.
Estoy seguro de que los Pastorcillos de Fátima,
los Beatos Francisco y Jacinta
y la Sierva de Dios Lucía de Jesús,
nos acompañan en este momento de súplica y júbilo.
Benedicto XVI, 13 de Mayo de 2010


Actualización: del acto de entrega:


miércoles, mayo 12, 2010

Milagro de El labrador avaro



1. Había en una tierra / un hombre labrador
Que empleaba la reja* / más que otra labor;
Más amaba la tierra* / que no* a su Criador,
Era de muchas formas / hombre revolvedor*.

2. Hacía una enemiga* / suzuela* de verdad,
Cambiaba los mojones* / por ganar heredad*,
Hacía en todas formas / tuertos* y falsedad,
Tenía mala fama / entre su vecindad.

3. Aunque malo, quería / bien a Santa María,
Oía sus “milagros” / y bien los acogía*;
Saludábala siempre, / decía cada día:
—“¡ Ave gratia plena, / que pariste al Mesía!”

4. Finó el arrastrapaja* / de tierra bien cargado*,
En soga* de demonios / fue luego cautivado,
Lo arrastraban con cuerdas, / de coces bien sobado,
Le pagaban el duplo / del pan que dio mudado.*

5. “Doliéronse los ángeles / por esta alma mezquina*,
Por cuanto la llevaban / los diablos en rapiña*;
“Quisieron socorrerla / ganarla por vecina,
Mas para hacer tal pasta / faltábales harina*.

6. Si decían los ángeles / de bien una razón,
Ciento daban los otros, / malas, que buenas non;
Los malos a los buenos / tenían en rincón*,
El alma por pecados / dejaban en prisión”


7. “Un ángel levantóse / dijo, —“Yo soy testigo,
Verdad es, no mentira, / esto que ahora os digo:
El cuerpo, el que llevó / esta alma consigo,
Fue de Santa María / vasallo y muy amigo.

8. Siempre la mencionaba / al yantar* y a la cena,
Decía tres palabras / Ave gratia plena*;
La boca del que sale / tan santa cantilena*
No merece yacer / en tan mala cadena”.

9. “Tan pronto como el nombre / de la santa Reína
Oyeron los demonios / se apartaron aína*;
Derramáronse* todos / como en una neblina
Desampararon todos / a la alma mezquina*.

10. Los ángeles la vieron / quedar desamparada,
De sus pies y sus manos / con sogas bien atada;
Quedaba como oveja / cuando yace enzarzada,
fueron y la acogieron / dentro de su majada.

11. “¡Nombre tan adonado* / y de eficacia tanta,
Que* a nuestros enemigos / los persigue y espanta!...
No nos debe doler / ni lengua ni garganta
Que no digamos todos / Salve Regina Sancta*.
Gonzalo de Berceo

Vocabulario:

Reja. Se dedicaba a arar.
Tierra. La hacienda, las piezas o fincas.
Que no. Entiendase: “más amaba la tierra que a su Creador”.
Revolvedor. Pendenciero, cizañero, siempre provocando líos.
Enemiga. Maldad, vileza.
Suzuela. Sucia, dañina, de mala idea.
Mojones. Piedra que delimita terrenos.
Heredad. Para hacer más grande su finca a costa de los vecinos.
Tuertos. Entiéndase: “cometía todo tipo de entuertos (agravios) y falsedades”.
Acogía. Entiéndase “Oía contar sus milagros (los relatos de sus milagros) y le gustaban.” Era aficionado a oír contar los milagros de la Virgen.
Arrastrapaja. El labrador, por su trabajo en cuadras, gallineros y pajares, siempre lleva trozos de paja enredados en su pelo, sus vestidos o su calzado que va dejando caer por donde va.
Cargado. Rico en fincas de labor. Poseedor de una grande hacienda.
Soga. Cuerda de presos custodiada por los demonios.
Del pan que dio mudado. Le hacían ahora a él las maldades que él había hecho, pero multiplicadas por dos.
Mezquina. Desgraciada.
En rapiña. Como botín de robo.
Faltábales harina, No tenían medios para conseguir lo que querían.
En rincón. Arrinconados.
Yantar. Comer.
“Ave, gratia plena”. Dios te salve María, llena eres de gracia...
Cantilena. Poema breve.
Cadena. Prisión.
Aína. Deprisa.
Derramáronse. Se esfumaron.
Adonado. Colmado de dones.
Que. Tanto que.
“Salve Regina Sancta.” Salve Reina santa.



lunes, mayo 10, 2010

Madre siempre fiel



Madre siempre fiel,
cuando te asaltó la incertidumbre,
cuando las cosas se te hacían complicadas,
supiste confiar.
¡Y cómo confiaste!
En el momento cumbre de la historia
con decisión y firmeza
pronunciaste aquel bienaventurado
"Hágase", del que viene nuestra salud.

¡Y siempre lo mantuviste!
Las desconfianzas de otros,
los decires de tantos
nunca te apartaron
de la santa confianza.

Obténme,
Santa María de la Confianza,
el auxilio divino
que me permita superar
las incertidumbres que ahora me acosan.
Que así sea.


jueves, mayo 06, 2010

JARILLERO, JARILLERO...




Jarilla fresquita le vendo señora de los ojos negros,
De chapecas largas y ondeados cabellos
A este jarillero esos ojos negros le han quitado el sueño
Señora le doy lo que tengo...
Tengo el carro lleno de jarilla plica, pichana y romero
Todo yo le ofrezco, mil yuyos del cerro,
Por una mirada, Señora, de sus ojos negros...
No sabe Señora yo le hablo a los cerros,
le canto a los valles lo que llevo dentro, le hablo de sus trenzas,
de sus ojos negros y hasta le declaro cuanto yo la quiero!
Y eso que no digo, Señora todo lo que siento...
Yo busco una estrella, y he visto en sus ojos brillar dos luceros.

miércoles, mayo 05, 2010

martes, mayo 04, 2010

lunes, mayo 03, 2010

Mes de Mayo día 3



Sálvame Virgen María
sálvame te imploro con fe
mi corazón en ti confía
Virgen María, sálvame.

Mil enemigos Virgen Pía
de ti me quieren apartar
a ti se acoge el alma mía
que sólo Tú puedes salvar.

Sálvame Virgen María...
Acuérdate que vine un día
al Santo altar lleno de amor
y te escogí por Madre mía
Oh, Madre de mi Salvador.

Sobre la imagen: Virgen de al gratitud,  de Miguel Ángel Tapia

MAY FEELINGS III

domingo, mayo 02, 2010

2 de mayo


Oh, Virgen María
botón de clavel
mi madre me ha dicho
que te ame con fe.

Pues cuenta que eres
mi madre también
y el rezo del niño
te causa placer.

Cuando en la noche,
dormida ya esté
si he sido muy buena
me vendrás a ver.

Mi madre no engaña
lo sabes muy bien
por eso te espero
y al fin te veré.


sábado, mayo 01, 2010

Venid y vamos todos con flores a María





Venid y vamos todos
con flores a María,
con flores a porfía,
que madre nuestra es.

De nuevo aquí nos tienes,
purísima doncella,
más que la luna bella,
postrada a tus pies.

Venid y vamos todos
con flores a porfía,
con flores a María
que Madre nuestra es.

De nuevo aquí nos tienes
purísima doncella,
más que la luna bella,
postrados a tus pies.

Venid y vamos todos
con flores a porfía,
con flores a María
que Madre nuestra es.