sábado, abril 16, 2005

Dos milagros y una anécdota

Los cuenta y Pilar y me da su permiso para ponerlos
Dos milagros... en vida.
Un sacertote americano, en un barrio marginal de New york, está haciendo una labor Pastoral impresionante entre drogadictos. Tiene mucha garra, y lleva a Cristo a mucha gente. Un día le esperan un grupo de camellos y le dan una paliza que le deja maltrecho y ciego, por que le patean con saña la cabeza. Se entera el Papa, y cuando ya se ha recuperado de las heridas, le pide que vaya a Roma. Mientras espera en la Capilla, se le acerca D. Stanislao Dziwisz,y le dice, que el Papa, quiere Concelebrar con el. "Su Santidad va a pedir a Dios por Ud. Cuando empiece a ver ¡dígalo!" Empieza la Santa Misa, y al llegar al Ofertorio, se oye la voz conmovida del sacerdote que dice: Estoy empezando a ver.... Al termino de la Misa, veía perfectamente.

El otro es de una joven madre Polaca. Tiene un niño pequeño muy enfermo. Incurable. Le ofrecen la posibilidad de ir a Roma, a una audiencia con el Papa. No sabe como lo va a hacer, pero en su mente solo hay un grito de esperanza... si pudera estar cerca, le hablaría al Papa, le pediría por mi hijo. De todas formas, se lleva una camisetita del niño, por si pudiera acercársela, que el Papa la coja en sus manos. Una vez en Roma, como es Polaca, le hacen sitio, y está en primera fila. No desaprovecha la ocasión al pasar el Papa, y le habla, a la vez que le acerca la camiseta. El Papa la coge, y la consuela. Al llegar a casa le pone al niño la camiseta, llena de fe en que se va a curar. Y se cura. Cuando le escribe a Monseñor Dziwisz, contandole el milagro, lo que mas le sorprende, es que su secretario "no se sorprenda".
La anécdota
Es de Joaquín Navarro Valls. Un día acudió al despacho del Papa a consultar unas cosas de trabajo , y se encontró que no estaba. Le preguntó a D. Stanislao donde podría encontrarlo. ¡¡Pues en la Capilla!! Cuando abrió la puerta se encontro al Papa, intentando rodeara con los brazos el Sagrario (abrazarlo) y la cabeza inclinada hacia un lado, como apoyada en él. Desde donde observaba, oyó que el Papa estaba cantando algo en Polaco. Como era evidente, no eran momentos de consultas y se fué sin hacer ruido. Mucho rato despues volvió al despacho, y si estaba ésta vez el Santo Padre. El, con toda sencillez y confianza le contó lo que había visto, y el Papa le contestó que estaba consolando a Dios.
--Santidad, pero le estaba cantando algo que yo no he entendido...
--Si, le cantaba la canción que me cantaba a mi mi madre cuando era pequeño, y estaba asustado, o tenía miedo...

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