Cáritas India invertirá 35 millones de dólares para ayudar a 150.000 personas, unas 30.000 familias. Después de evaluar con un grupo de expertos las necesidades materiales y económicas de la región afectada por la catástrofe, Cáritas ha establecido un plan de actuación para la reconstrucción que durará unos 18 meses.
24 de enero de 2005
El proyecto está dividido en tres fases: la primera, que ya ha comenzado con el establecimiento de 93 campos, consiste en una ayuda humanitaria de emergencia. Al final de esta primera fase 125.000 personas afectadas habrán recibido raciones alimentarias, suministros médicos, material de refugio, mantas, ropa, suministros sanitarios y agua.
La segunda fase está destinada a la rehabilitación básica de alojamientos, y durará entre uno y cuatro meses. 30.000 familias desplazadas obtendrán refugio en campamentos temporales dotados de suministros: agua potable, luz, letrinas, puestos médicos e infraestructura de saneamiento comunitario.
La rehabilitación de viviendas más estables se afrontará en la tercera y última fase del proyecto, en la que se, además, se crearán estructuras para prevenir futuros desastres. Mecanismos de respuesta rápida y de prevención de catástrofes serán incluidos en el conjunto de la organización de las distintas comunidades y poblaciones.
Reconstruir a 15 kilómetros de la costa
La autoridades han recomendado que los nuevos asentamientos estén alejados de la costa 15 kilómetros. Esto aleja a la población de sus tradicionales recursos pesqueros. Por otra parte, las comunidades pesqueras no tienen registros de propiedad de las zonas donde vivían. A todo esto hay que unir la situación de aquellas familias que vivían en zonas suburbiales y que trabajaban en servicios y trabajos domésticos, a las que el gobierno pretende reasentar en zonas rurales, privándoles así de una fuente de ingresos. Cáritas mediará con las autoridades del gobierno con la intención de que éste promueva medidas económicas y de reasentamiento que no perjudiquen las oportunidades laborales de todas estas comunidades.
Asimismo, Cáritas Internacional ha evaluado los daños del maremoto en Sri Lanka, uno de los países más afectados por la catástrofe natural, y ha decidido centrar su atención en las comunidades de pescadores de las zonas costeras. Se calcula que aproximadamente el 80 por ciento de la flota pesquera, unos 23.000 barcos pesqueros, ha quedado destruida por el paso del «tsunami».
La acción de Cáritas opera en dos direcciones: por una parte, garantizar asentamiento temporal y ayuda de emergencia a las familias de pescadores damnificadas, y por otra poner en marcha planes urgentes de recuperación de la actividad pesquera para que las comunidades afectadas dispongan cuanto antes de sus medios de vida tradicionales. Cada pescador necesitará entre 1.500 y 5.000 euros para adquirir una pequeña embarcación y sus correspondientes artes de pesca. Con una ayuda equivalente a esa cantidad, cada familia tendría garantizados unos ingresos de entre 3 y 7 euros diarios, suficientes para subsistir.
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