jueves, diciembre 08, 2005

Inmaculada Concepción de María

Inmaculada Concepción de María

«Toda verdad nos pertenece», decía San Atanasio, en tiempos en que los cristianos no temíamos encontrar en cada palabra, aún la que aparecía casi contraria a nuestro Dios, el punto en el que esa palabra era también un eco de la Palabra Eterna, Dios mismo.

Retomar, no esos tiempos -lejanos para nosotros- sino el impulso evangelizador de ser capaces de ver en todo, el punto de fuga, el punto de trascendencia que acerca cualquier realidad a la realidad de nuestro Dios, en el que cualquier palabra dice la Palabra, la rodea, la evoca, la sugiere.

Con un poema no escrito para la Virgen, no escrito por quien esperaríamos que dedicara su obra poética a la Virgen, queremos honrar el lugar sin mancha y luminoso donde será concebida la Luz del mundo...

Menos tu vientre
todo es confuso.
Menos tu vientre
todo es futuro
fugaz, pasado
baldío, turbio.

Menos tu vientre
todo es oculto,
menos tu vientre
todo inseguro,
todo postrero.
polvo sin mundo.

Menos tu vientre
todo es oscuro,
menos tu vientre
claro y profundo.
Miguel Hernández, poeta

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