sábado, agosto 21, 2004

Tres semanas en el corazón de África

EL COLEGIO MAYOR GOIMENDI (PAMPLONA) PARTICIPA EN EL PROYECTO ‘UGANDA 2004’

¿Es un viaje de placer? No. Es un destino solidario: el que han emprendido una quincena de universitarias de Pamplona. Tres semanas intensas de julio en Uganda. Durante este tiempo han participado en un campo de trabajo en colaboración con otras estudiantes de Kampala (Makerere University). Lo ha organizado el Colegio Mayor Goimendi, obra corporativa del Opus Dei.

02 de agosto de 2004

Las estudiantes trabajaron en un colegio para huérfanos del SIDA. En un colegio y desde un colegio se pueden hacer muchas cosas. Marta Unceta, Belén Borell, Beatriz Ballesteros y M. Pilar Encabo, entre otras, dieron clases de apoyo escolar y realizaron actividades manuales y de ocio con los niños de la institución ugandesa.

Uno de los aspectos principales del proyecto se refiere al área sanitaria; no en vano, algunas de las voluntarias son estudiantes de Medicina. Con la colaboración de las universitarias del país llevaron a cabo actividades de sensibilización frente al SIDA e impartieron sesiones de educación para la salud: desde cómo curar una herida hasta como hacer un torniquete.

Las estudiantes también realizaron atención domiciliaria. Una de las partes del proyecto más preparadas fue la de las visitas a enfermos, en colaboración con el Medics Club de Uganda. Esta institución dispone de una clínica móvil en uno de los suburbios de Kampala, que se desplaza para ofrecer asistencia médica en las viviendas de los más necesitados.

Construir un criadero
Aprovechando la colaboración de las universitarias, el colegio quiso adelantar los trabajos de rehabilitación que se realizan periódicamente. Las jóvenes pintaron, limpiaron e hicieron sencillas tareas de albañilería. También participaron en la construcción de un criadero de pollos para el autoabastecimiento del alumnado del colegio.

Han sido días de intenso trabajo en los que no han faltado momentos difíciles. Natalia, alumna de cuarto de Medicina, comenta que estuvieron dos días sin poder beber: “fue duro, además sentíamos en el cuerpo los efectos secundarios del tratamiento contra la malaria”. De todas formas, el balance ha sido positivo. El contacto y la cooperación con personas necesitadas, además de ser un modo de practicar la virtud cristiana de la caridad, ayuda a cuestionarse los modelos de vida que, a menudo, imperan en los países más desarrollados.

“Este campo de trabajo –señala Natalia- es lo más impactante que he hecho en mi vida. Yo iba a ayudar, pero lo que he hecho es recibir; recibir la sonrisa de los habitantes del poblado que, ante las contrariedades –falta de agua, de luz...- jamás perdían la sonrisa. Se me ha alterado totalmente la escala de valores y me he dado cuenta de lo que realmente es importante”.

Otro aspecto que sorprendió a las estudiantes navarras es el sentido religioso que impregna la cultura del país. Las familias con las que coincidieron mostraron interés por conocer el Opus Dei y la vida de san Josemaría Escrivá de Balaguer.

Las empresas Conda, Sling y el Departamento de Enfermería Comunitaria y Materno Infantil de la Universidad de Navarra han colaborado también el proyecto ‘Uganda 2004’.

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