domingo, septiembre 04, 2005

El prelado del Opus Dei, monseñor Javier Echevarría, ordena dos nuevos sacerdotes en una solemne ceremonia




REFLEJAR EL ROSTRO AMABLE DE CRISTO"

El prelado del Opus Dei, monseñor Javier Echevarría, ha conferido, esta mañana (domingo, 4) en el Santuario de Torreciudad, el Sacramento del Orden Sacerdotal a dos diáconos españoles.

Unas tres mil personas han asistido al acto en el que ha cantado la Coral Oscense en compañía de Maite Aranzabal, organista titular del templo mariano.

Los nuevos ministros de la prelatura son: Nicolás Urbano Mesa, de 52 años y natural de Córdoba, aunque ha desarrollado gran parte de su labor profesional en Madrid; y el navarro Miguel Ángel Gil Pinillos, licenciado en Magisterio y Pedagogía, dedicado hasta la fecha a la enseñanza en centros de secundaria de San Sebastián y Pamplona.

Durante la homilía, el prelado del Opus Dei, monseñor Echevarría, se dirigió a los dos diáconos diciendo que el camino del sacerdocio es para “ayudar a que las almas de los fieles crezcan en la intimidad divina. Sólo para esto, para que todos tiendan a la santidad se nos otorga la capacidad de predicar con autoridad la palabra de Dios, de hacer presente sobre el altar el Sacrificio de la Cruz, de administrar la gracia por medio de los demás sacramentos, de guiar al pueblo que se nos encomienda...”.

Así mismo, el obispo apuntó que su nueva labor pastoral será eficaz siendo “luz que ilumina a los hombres, sal que pone sabor en las instituciones sociales, fermento en la masa de la humanidad”. Y para esto, añadió, requiere que “nuestra vida cristiana se halle firmemente asentada en la recepción frecuente de los sacramentos y en el trato personal con el Señor, huyendo del anonimato”, recordó Echevarría

En otro momento, evocó la figura del fundador del Opus Dei, san Josemaría Escrivá, diciendo que todo en su vida “le urgía la salvación de las almas, por las que estaba dispuesto a dar la vida. Seguía en esto, como en todo, el ejemplo de Jesucristo, cuando exclamaba: fuego he venido a traer a la tierra, y ¿qué quiero sino que ya arda?”.

Además, en palabras del Santo Padre Benedicto XVI, el prelado les ha pedido que promueban la “santa inquietud” de los cristianos, “ante un mundo cada vez más alejado de Dios, al menos en nuestra civilización europea y occidental”. De ahí, que solicitara a los fieles asistentes “abrir los ojos para contemplar que muchas personas —hombres y mujeres, jóvenes y adultos— se alejan del Señor o no le conocen, quizá porque no han tenido a su lado cristianos que les muestren —con el ejemplo y con la palabra, de modo coherente— el rostro amable de nuestro Redentor”.

Durante la ceremonia, la Coral Oscense dirigida por Conrado Betrán y en compañía de la organista titular del santuario mariano, Maite Aranzábal, han intercalado piezas populares como ‘El Señor es mi pastor, nada me falta’ junto a otras más solemnes como ‘Ave Verum’ de Saint Saens o ‘Cuam amabilis’ del compositor J.M. Otaño.

El clero de la prelatura proviene de los fieles laicos del Opus Dei: numerarios y agregados que, libremente dispuestos a ser sacerdotes y después de años de pertenencia a la prelatura y de realizar los estudios previos al sacerdocio, son invitados por el prelado a recibir las sagradas órdenes.

Su ministerio pastoral se desarrolla principalmente al servicio de los fieles de la prelatura y de las actividades apostólicas promovidas por ellos. Forman parte de la prelatura más de 84.000 personas, de las que en torno a 1.800 son sacerdotes.

Perfil de los nuevos sacerdotes

El cordobés es Nicolás Urbano Mesa, tiene 52 años y es técnico en Electrónica. Ha desarrollado parte de su labor profesional en TVE, donde trabajó tres años como auxiliar de operación de sonido en los estudios de Prado del Rey. Posteriormente, se cambió a la empresa privada para dirigir el área de sonido de una productora de cine, hasta comenzar su preparación como sacerdote, realizando los estudios de Filosofía y Teología.

Urbano, afirma que su decisión de ordenarse ha producido más de una sorpresa entre amigos y parientes porque “ahora el mundo está pasando una crisis de vocaciones, fruto del relativismo y hedonismo que impera en la sociedad y cultural actual, aunque al mismo tiempo me parece muy esperanzador contemplar un millón de jóvenes en Colonia con Benedicto XVI”, señalaba el sacerdote cordobés en vísperas de la ceremonia.

El presbítero navarro es Miguel Ángel Gil Pinillos, nacido en Pamplona en 1958 y licenciado en Magisterio y Pedagogía por las universidades de Zaragoza y País Vasco, respectivamente. Su etapa laboral ha estado vinculada al mundo de la enseñanza, concretamente como profesor de secundaria en los colegios Irabia de Pamplona y Erain en San Sebastián. Gran aficionado al béisbol, obtuvo un tercer puesto en el campeonato de España con el equipo del colegio pamplonés en la categoría de cadetes.

En declaraciones recientes, Gil asegura que su vocación se la debe en gran parte a sus padres: "Vivíamos en un barrio obrero, era el único chico de mi edad que estudiaba en un colegio de pago y reconozco que no me apetecía nada porque nunca he sido buen estudiante. En esos momentos, si mis padres no hubieran estado encima -a veces con incomprensión por mi parte- y ponen la voluntad que me faltaba, ahora no vería las cosas en la forma que lo hago".

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