"El Prelado participó en un Congreso Eucarístico en Murcia Mons. Javier Echevarría ha acudido a Murcia (España) para participar en un Congreso Eucarístico. Además, celebró una Misa en la Catedral y tuvo un encuentro público con familias murcianas. Este es el resumen de la visita.
13 de noviembre de 2005
El Prelado del Opus Dei acudió a Murcia los días 11, 12 y 13 de noviembre para participar en un Congreso Eucarístico, organizado por la Universidad Católica San Antonio de Murcia (UCAM).
En el congreso, diversos ponentes, entre los que se encontraban varios cardenales, obispos y otras personalidades de la Iglesia, hablaron sobre la Eucaristía como ‘Corazón de la vida cristiana y fuente de la misión evangelizadora de la Iglesia’.
Conferencia en la UCAM
En su conferencia (puede leerla en aquí), el Prelado del Opus Dei animó a los asistentes a presentar sus dones al “belén perenne que es el Sagrario” y analizó los elementos comunes y las diferencias existentes entre los sacramentos de la Eucaristía y la Penitencia, así como su mutua dependencia: “La Iglesia crece y se fortalece gracias a la Eucaristía y es llamada constantemente a la conversión. Querer la Eucaristía es querer la unión con Cristo, y por lo tanto, se hace preciso remover los obstáculos que la impiden”. Con una cita del entonces cardenal Ratzinger, dijo que "la Eucaristía es el sacramento de los reconciliados".
Recomendó profundizar en el sentido de la comunión y la confesión mediante la lectura de lo que sobre ellos dice el Catecismo de la Iglesia Católica, “y si os parece mucho, leed el nuevo Compendio del Catecismo”, señaló. También alentó a meditar la homilía que Benedicto XVI pronunció recientemente en Bari sobre la Eucaristía (puede leerla pinchando aquí).
Al recordar el reciente Sínodo que cerró el año de la Eucaristía en Roma, mencionó la preocupación de los pastores por la escasa práctica del sacramento de la Penitencia en algunos ambientes. “Muchos desconocen ese tesoro divino y las condiciones para acceder a él”, dijo.
Por eso, animó a difundir la práctica de la “confesión auricular individual” (es decir, de una sola persona, que cuenta sus pecados al confesor). “La confesión no es un diálogo entre dos personas. Es, más bien, un coloquio divino, de misericordia”.
Asimismo, pidió a los sacerdotes “que dediquen espacio a hablar de la confesión en sus homilías y que tengan una especial disponibilidad para confesar, principalmente antes y durante los actos de culto”.
Los laicos, apuntó, no pueden dejar solos a los sacerdotes en esta “urgente tarea”: “También vosotros, laicos, tenéis que participar en esta gran catequesis sobre la confesión. Decid a vuestros conocidos: ‘Tengo que decirte que estoy con una alegría enorme porque me he vuelto a encontrar con Dios”.
Alertó además del peligro de confundir los efectos que causan estos dos sacramentos. “No basta con participar en la Eucaristía para obtener el perdón de Dios. La Eucaristía no perdona las ofensas, aunque sí nos consigue otras gracias. No se debe dejar de repetir que, para quien está alejado de Dios por el pecado, la reconciliación con Él sólo cabe si se acoge al sacramento de la Penitencia que Cristo entregó a su Iglesia”.
“Si deseamos transformar este mundo que vemos tan lacerado por el odio y la violencia, que tienen como origen los pecados personales, debemos rogar al Padre la conversión de los pecadores, ¡de nosotros mismos!”.
Eucaristía solemne en la Catedral de Murcia
Como el resto de obispos y cardenales que acudieron al Congreso, Mons. Echevarría cerró su participación en el encuentro Universitario con una solemne Eucaristía.
En la homilía (aquí), centró su exposición en la gratitud que debemos al Dios Eucarístico y la plenitud a la que el cristiano puede llegar en su cercanía con el Santísimo Sacramento.
“Dios, pensémoslo bien, nos ha prometido la felicidad sin fin que Jesucristo nos ha obtenido mediante su Pasión, Muerte y Resurrección. Me da alegría pediros y reclamar: ¡No le dejéis sólo, os quiere!”
Más adelante, pidió a los presentes que extendieran el mensaje cristiano con el ejemplo de sus vidas alegres: “No es compatible el cristianismo con la tristeza. El cristianismo es alegría y optimismo. Esa alegría nos colma de paz y serenidad”.
Asimismo, invitó a los murcianos que llenaban el templo a que redescubran “la alegría de asistir a la Misa dominical”, tal y como ha recomendado recientemente Benedicto XVI.
Encuentro público con familias de Murcia
El domingo por la mañana, miles de familias se congregaron en el Colegio Monteagudo para escuchar al Prelado. Tras una mañana lluviosa, el sol saludó sus primeras palabras: "Haced catequesis en vuestras casas, y también entre vuestros amigos. No veáis en las leyes de Dios un peso que atosiga. Cristo ha venido a traer el orden a la Tierra. Dios siempre trae la felicidad. ¡Cristiano, agradece a Dios la dignidad que te ha dado!"
"La sociedad -continuó-, para que sea una buena sociedad, tiene que ser cristiana. La Iglesia necesita que cada uno de nosotros seamos coherentes".
También, en lo que se refiere a la educación en la familia, dijo: "Los matrimonios recibís una bendición de Dios con cada hijo. Tened detalles entre vosotros, enseñadles a querer a sus hermanos y amigos, ayudadles a querer a los demás... No impongáis nada a los hijos, más bien enseñadles con vuestro ejemplo. Vivid pensando en vuestra mujer, en vuestro marido, en vuestros hijos. Ellos os llevarán a Dios".
Pidió a los asistentes que rezasen por el Santo Padre, ya que necesita el apoyo de todos los cristianos. "Benedicto XVI es un hombre extraordinariamente sencillo, de gran categoría intelectual y una vida interior intensísima. Tenemos el deber de no dejarle solo, de protegerle con nuestra oración. Os aseguro que el peso que tiene que soportar es muy grande, pero lo lleva con la alegría del que está cerca de Dios".
En otro momento de la tertulia, el Prelado incidió en la responsabilidad de ser cristianos en todos los momentos de la vida: "Un cristiano no puede ser sólo 'cristiano' cuando va a Misa los domingos. Tenemos que ser hombres y mujeres de fe en todas las circunstancias de la vida. Por eso debemos cumplir nuestras obligaciones y exigir nuestros derechos".
Con este encuentro, el Prelado cerró su visita a Murcia. |
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