domingo, julio 10, 2005

TU DIÓCESIS NACIÓ DE UN ANUNCIO MISIONERO


Este es el sugerente lema que este año dará sentido a la Jornada de los Misioneros Diocesanos, que celebraremos, con la ayuda del Señor y la buena disposición de todos, el próximo 10 de julio. Y si ese aserto es aplicable a todas las iglesias particulares, en razón de la más genuina teología, me atrevería a asegurar que en la de Calahorra adquiere una particular significación.

Pocas diócesis tienen la antigüedad y tradición de la nuestra. Asimismo, el número y la calidad universal de nuestros santos transciende el localismo pequeño de La Rioja y alcanza caracteres de universalidad, de catolicidad. Nuestra Diócesis ha nacido de un anuncio misionero y ha sabido actuar como una madre fecunda que ha llenado de hijos y de hijas - asimismo anunciadores del Reino – prácticamente todas las latitudes. Hoy son 282 misioneros/as los que hacen carne propia el mandato del Señor: "Id y anunciad el Evangelio a todas las gentes". Muchos de ellos son sacerdotes y religiosos. Y muchos, también, laicos generosos con su tiempo y con sus talentos, puestos a disposición de la causa de Dios. A lo largo de su dilatada historia, nuestra comunidad diocesana ha dejado testimonios de la Verdad y ayudado al nacimiento y desarrollo de otras diócesis en los continentes de América, Asia y África. Me permitiréis que tenga un recuerdo cariñoso hacia nuestros Jerónimo Hermosilla y Ezequiel Moreno, patronos de los misioneros riojanos.

En la homilía de mi toma de posesión hice referencia al compromiso vivo de unidad que nuestra diócesis debe tener para con la Iglesia universal. Asimismo, he podido contemplar con gozo el revulsivo que ha supuesto y que sigue suponiendo el reciente Sínodo diocesano. El compromiso misionero de la diócesis ocupa en este importante evento eclesial el enunciado de dos conclusiones que no se pueden quedar en el mero papel o en la quimera de las buenas intenciones.

Hemos de sacar adelante las misiones que tenemos en Benín y en Ecuador, con el recambio natural de los misioneros. Hemos de volcarnos todos los fieles de la comunidad diocesana en la atención, seguimiento y apoyo de los cientos de hombres y mujeres que - abandonándolo todo – se dejan día a día la vida lejos de su querida tierra. ¡Que nadie se sienta sólo!

Termino con el recordatorio de una afirmación conciliar que ha llegado a ser trampolín de lanzamiento de múltiples vocaciones: "La Iglesia es misionera por su propia naturaleza", que aplicado a nuestro lema quiere decir que "cada diócesis ha nacido de un anuncio misionero".

Agradezco como pastor diocesano cuanto nuestros misioneros hacen por cada iglesia particular en la que están trabajando, la presencia de nuestra diócesis a través de ellos en lugares tan necesitados de evangelización, y pido al Señor de la mies que siga enviando obreros a su mies.

Con mi más afectuoso saludo,
+ Juan José Omella Omella
Obispo de Calahorra y La Calzada-Logroño

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