lunes, julio 04, 2005

Se está abriendo un espacio de disidencia sin precedentes"

ENTREVISTA CRISTINA LÓPEZ SCHLICHTING


¿A qué atribuye el éxito de su programa en la COPE, La Tarde con Cristina, en el aire desde enero de 2002, y de los demás dirigidos por Federico Jiménez Losantos y César Vidal?

A la coherencia interna y la falta de complejos. Los conservadores españoles no han tenido hasta ahora representantes tan directos, rápidos e incisivos. El oyente nota cuándo el comunicador tiene razones con las que sostener sus puntos de vista.

¿Por qué los católicos, que son una amplia mayoría en España, no aparecen en los medios de comunicación - incluso en medios de comunicación propiedad de familias católicas- salvo para ser ridiculizados?

Fundamentalmente por la falta de comunicadores católicos atractivos, que tiene su raíz en la progresiva debilidad del pueblo cristiano. Muy poca gente conoce su fe y la vive como un privilegio. Si uno no está alegre ni agradecido es difícil que transmita algo de interés. A esto se suman los intereses de las cadenas anticlericales y la indiferencia culpable de los empresarios que se llaman católicos pero que sólo piensan en el dinero.

¿Es predominante entre los periodistas la creencia de que a los católicos se les puede despreciar o zaherir?

Muy generalizada. Queda moderno y progre y no tiene coste alguno. Gente muy conservadora se hace la modernilla con posturas anti eclesiales.

¿Por qué el islam o el judaísmo, y no digamos el comunismo, no sufren parecidos ataques?

Las otras religiones no son mayoría en España. Frente a la omnipotencia del poder, la Iglesia católica es la única instancia que sigue desafiando al pensamiento único con postulados a favor del hombre. El comunismo prácticamente no existe ya, tampoco molesta y, como mucho, da glamour a posturas pseudoprogres.


Frente a la omnipotencia del poder, la Iglesia católica es la única instancia que sigue desafiando al pensamiento único con postulados a favor del hombre

La campaña anticatólica que sufrimos en España, ¿es de igual magnitud en países como Italia y Alemania?

En absoluto. En España se dan cita una izquierda proveniente de una Historia anticlerical (lo que no ocurre con la izquierda alemana o italiana), el lastre del franquismo (piénsese que la derecha europea luchó contra los fascismos y se materializó después en partidos cristiano demócratas muy populares) y una incultura preocupante. Ni en Alemania ni en Italia se cuestiona el derecho de los católicos a ejercer un papel en la vida pública.

En estos países, Italia y Alemania, ¿cree que el interés de la gente por la cultura y la formación es superior al de España?

Por supuesto. El nivel de los debates en prensa es muy superior, la televisión no alcanza la degradación que alcanza aquí y las discusiones son mucho más ricas. En España bastan una imagen y cuatro tópicos para ganarse al foro.

Usted leyó el manifiesto de la manifestación por la familia del 18 de junio y dice que ha recibido amenazas e insultos. ¿Nos puede explicar de qué tipo, para que nuestros lectores conozcan la ‘tolerancia’ que practican quienes exigen respeto?

No es asunto muy grave. Me dedicaron una página web con insultos personales y profesionales. Me definían como una “foca consumidora de tocino” y una “vaca nazi” y escribían que carezco del título de periodista o de cualificación laboral.

Sorprendió a muchos de sus oyentes y lectores que usted pidiese el sí en el referéndum de la Constitución Europea. ¿Por qué lo hizo, cuando esa Constitución –que es un tratado internacional- desprecia a los cristianos, equipara la masonería a las Iglesias, establece la discriminación positiva y permite la entrada de Turquía?

Creo que mi juicio sobre lo que sucede en Europa es mucho más severo que el de muchos de mis oyentes. Hubiesen deseado una mención a la tradición cristiana en el preámbulo y un tratamiento más digno para los cristianos. Yo también era consciente de la pobreza del texto pero, como Juan Pablo II, daba por bueno lo poco conseguido. Estoy convencida de que la secularización es un proceso arrasador y de que cada nuevo texto concederá menos y menos a los cristianos: es tiempo de apuntalar lo poco que queda, no de hacer grandes e imposibles planes. Por eso, el que el texto reconociese el estatus jurídico de las Iglesias me parecía mucho, entre otras cosas porque garantizaba la protección de una instancia superior ante un Gobierno tan injusto con la Iglesia como el de Zapatero: no en vano, Valery Giscard d’Estaing reconoció en privado que “se le había concedido demasiado a Roma”. Me preocupa lo que ahora pueda ocurrir.


Tengo el funesto presagio de que una país mayoritariamente indiferente votará de nuevo a Zapatero a raíz de una tregua de ETA lograda a base de una merma de la democracia y la unidad de España

A la vista del comportamiento del ‘lobby rosa’ y de la manipulación informativa, ¿le parece posible que estemos ante una dictadura del pensamiento que determine qué es lo bueno y qué lo malo y lo imponga a los ciudadanos?

Ya ocurre lo que usted describe. Zapatero ha definido la ley del matrimonio homosexual como una muestra de decencia, lo que implica calificarnos de indecentes a los que estamos en contra. Pedro Zerolo ha declarado en ‘El Mundo’ que los que no piensan como él son la extrema derecha, los malos católicos y los malos socialistas. Mi colaborador Aquilino Polaino ha sido amenazado gravemente por considerar la homosexualidad una patología, además se le ha interpuesto una querella y se pide su expulsión del Colegio de Médicos.

¿Qué cree que va a pasar en España en los próximos meses?, ¿se van a suceder nuevas crisis políticas o la reacción popular obligará al Gobierno de Rodríguez Zapatero a parar en algunos de sus proyectos más descabellados, como el Estatuto catalán, los matrimonios de homosexuales y el antiamericanismo?

No lo sé. Tengo el funesto presagio de que una país mayoritariamente indiferente votará de nuevo a Zapatero a raíz de una tregua de ETA lograda a base de una merma de la democracia y la unidad de España. La parte más interesante de todo esto está siendo la inesperada reacción de una parte del pueblo, que parece que todavía considera importante la unidad de España o la familia. Se está abriendo un espacio de disidencia sin precedentes.

Usted ha cubierto muchas noticias y acontecimientos. ¿Puede contarnos algunas en las que notara la intervención palpable de Dios?

La muerte de Teresa de Calcuta, que cubrí para ‘ABC’, puso de relieve la potencia avasalladora de una santa que cambió la vida de cientos de miles de personas. Algo similar ha ocurrido con la muerte de Juan Pablo II. El que un hombre y una mujer mueran contentos es algo que escapa a la razón del hombre, y que tantas personas lo comprendan y se conmuevan revela que el ser humano está hecho para algo grande, para un misterio infinito que, especialmente los más humildes, entrevén en las almas privilegiadas. En otro orden he conocido testimonios heroicos, como el de una franciscana italiana con la que crucé las líneas de fuego en la guerra civil de Albania porque se empeñó en llegar hasta la misión donde dos hermanas más jóvenes habían quedado aisladas con los niños que educaban. Este tipo de amor nunca lo he conocido fuera de la Iglesia.



Una entrevista de
Pedro Fernández Barbadillo, Profesor del Instituto de Humanidades de la Universidad San Pablo-CEU
barbadillo@minutodigital.com

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