«Sero te amavi, pulchritudo tam antiqua et tam nova, sero te amavi! et ecce intus eras et ego foris, et ibi te quaerebam, et in ista formosa, quae fecisti, deformis inruebam. mecum eras, et tecum non eram. ea me tenebant longe a te, quae si in te non essent, non essent. vocasti et clamasti et rupisti surditatem meam: coruscasti, splenduisti et fugasti caecitatem meam: fragrasti, et duxi spiritum, et anhelo tibi, gustavi et esurio et sitio, tetigisti me, et exarsi in pacem tuam.»
¡Tarde te amé, hermosura tan antigua, y tan nueva, tarde te amé! Y he aquí que estabas dentro de mí, y yo fuera, y fuera te buscaba yo y sobre esa hermosura que creaste me arrojaba deforme. Lejos de ti me tenían aquellas cosas, que si no estuviesen en ti, no serían. Clamaste y diste voces y rompiste mi sordera; relampagueaste, resplandeciste y ahuyentaste mi ceguera; exhalaste fragancia, la respiré y anhelo por Ti. Gusté de ti y tengo hambre y tengo sed; me tocaste y me abrasé en deseo de tu paz. (San Agustín)
¡Tarde te amé, hermosura tan antigua, y tan nueva, tarde te amé! Y he aquí que estabas dentro de mí, y yo fuera, y fuera te buscaba yo y sobre esa hermosura que creaste me arrojaba deforme. Lejos de ti me tenían aquellas cosas, que si no estuviesen en ti, no serían. Clamaste y diste voces y rompiste mi sordera; relampagueaste, resplandeciste y ahuyentaste mi ceguera; exhalaste fragancia, la respiré y anhelo por Ti. Gusté de ti y tengo hambre y tengo sed; me tocaste y me abrasé en deseo de tu paz. (San Agustín)
No hay comentarios:
Publicar un comentario