Detalle de La liberación de san Pedro de Rafael
Los hombres entonamos nuestro salmo
a los Ángeles Custodios.
Porque el Padre concedió a nuestra frágil naturaleza
su cohorte celeste
para que no sucumbiera
a las insidias de los enemigos
Pues, como fracasó el ángel traidor
expulsado con justicia,
perdidos ya sus privilegios
ardiente la envidia
intenta arrastrar a aquellos
que Dios llama al Cielo.
Vuela pues hasta aquí,
custodio, vigilante,
alejando de la Patria que en ti confía,
tantas enfermedades del espíritu
que no hay nada que permita descansar a sus habitantes.
Eugenio D'Ors
sábado, octubre 02, 2004
Ángeles de la Guarda
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