lunes, junio 03, 2013

La Iglesia de todo el mundo debe sentir como suya la tribulación que se vive en Centroáfrica


Hay un ensañamiento brutal contra la Iglesia Católica, pero gracias a Dios, iremos sacando la cabeza de dentro del agua

AIN, Madrid.- La fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada ha entrevistado a Mons. Juan José Aguirre, misionero comboniano español y obispo de Bangassou, al sur de la República Centroafricana. Este país ha sido invadido por un grupo de rebeldes islamistas que se han hecho con el poder, arrasando con todo lo que han encontrado a su paso. Han violado a mujeres, incendiado casas y destruido iglesias y misiones. 

Mons. Aguirre afirma que "ha habido un ensañamiento brutal contra la Iglesia Católica". El prelado ha asegurado que "al menos el 50% de los haberes de la diócesis han sido robados. Nos han quitado 23 coches. Ahora mismo vamos a pie. Estoy yendo a pie a todas partes, caminando con mi mochila. No tenemos otro medio más que nuestros pies. Nos han quemado la pediatría, el centro de Internet, la farmacia, el garaje, al igual que han hecho con otros edificios administrativos, de las ONGs y de las otras iglesias". Con motivo de estos ataques contra la Iglesia en este país del corazón de África, AIN va a enviar una ayuda de emergencia a Centroáfrica por un valor de 160.000 €

- ¿Cómo ha sido éste último mes?

- Mons. Aguirre: Ha sido durísimo, caótico. La población ha sobrevivido huyendo al Congo. Intentamos devolver la normalidad a la gente, tratando de poner un horizonte de esperanza. Hemos empezado a hacer acciones para organizar la vida, ayer tuvimos confirmaciones. Hay otro rayo de esperanza: hace dos días llegaron nuevos militares que parecen ser más formales que los que han estado aquí hasta ahora, estos no tienen como fin el saqueo. Son Seleka pero una nueva generación. Hasta ahora hemos estado gobernados aquí por un libio, que no hablaba ni francés ni sango. Y estos nuevos Seleka han cogido a este comandante, le han desarmado, le han quitado el uniforme y se lo han llevado, seguramente para repatriarlo a su país. Están desarmando a todos aquellos que habían aprovechado la rebelión para saquear al país. 

- ¿Qué es lo que se ha encontrado cuando ha llegado a su diócesis, cómo estaban las comunidades, las misiones, las iglesias?¿Ha habido algún tipo de violencia contra los cristianos? 

- Mons. Aguirre: Nada más llegar a la diócesis lo que me encontré fue caos. La gente estaba escapando como podía, familias enteras han huido al Congo. Ha habido ejecuciones sumarias, violaciones, robos y saqueos sistemáticos de las misiones. Ha sido un auténtico acto de guerra. En un pueblo cercano a Bangassou han destruido completamente la misión: las casas de los padres, la de las hermanas. Allí han sido quemadas unas 400 casas y mataron a unas nueve personas. Al menos el 50% de los haberes de la diócesis han sido robados. Nos han quitado los coches. Ahora mismo vamos a pie. Estoy yendo a pie a todas partes, caminando con mi mochila. Nos han quemado la pediatría, el centro de Internet, la farmacia, el garaje, al igual que han hecho con otros edificios administrativos de las ONGs y de las otras iglesias. Han sido muy duros contra las confesiones cristianas y en concreto contra la Iglesia Católica. 

- ¿Ha habido algún asesinato a sacerdotes, religiosas, catequistas, …?

- Mons. Aguirre: Gracias a Dios ningún sacerdote, religiosa, catequista ha sido asesinado. Hemos pedido mucho al Espíritu Santo, la gente ofreció la semana pasada la misa en acción de gracias por haber salvado la vida. Pero en otros sitios, fuera de Bangassou ha habido ejecuciones sumarias.Adultos y niños han sido asesinados a ráfaga de metralleta. Desde que han llegado los Seleka a Centroáfrica, todo ha sido destrucción. Los Seleka entraron en el país en diciembre y tomaron la capital en abril, el Domingo de Ramos. Eran unos 300 militares acompañados de unos 3.000 saqueadores mercenarios de otras nacionalidades que han robado coches, radios, techos solares, baterías, etc. Gran parte de lo robado se lo han llevado al Chad y lo están vendiendo en el mercado negro. Nos han expoliado. 

- Se comenta que el nuevo gobierno quiere instaurar una república islámica, ¿se va confirmando esa sospecha día a día?

- Mons. Aguirre: Día a día se ha confirmado hasta hoy. Hace poco declararon un día festivo, y nos enteramos que justamente ese día era el aniversario del nacimiento de Mahoma. Creo que está habiendo un cambio en los países limítrofes con Centroáfrica. Francia se está dando cuenta de que ha cometido un grave error al permitir que los Seleka se hicieran con el país. Espero que la UE tome decisiones sobre el asunto. Se habla de que van a llegar unos 2.000 soldados de las FOMAC de 6 o 7 países libres de África para que pacifiquen el país. El contingente se distribuiría por distintas comunidades del país para pacificarlo y estarían presentes en el país hasta el 2016, cuando está previsto que se celebren nuevas elecciones democráticas, con el fin de establecer un nuevo presidente y no el actual, que es musulmán y que ha dado el golpe de estado.

- Desde AIN ha lanzado una campaña para conseguir ayuda urgente para República Centroafricana, ¿cuáles son las necesidades que tienen en su diócesis? A nivel pastoral y a nivel material.

- Mons. Aguirre: A nivel pastoral, necesitamos coches y motos para poder llegar a las capillas, porque como dije nos han robado todos. El otro día estuvimos en la casa de las hermanas que fueron saqueadas completamente y eso en una casa de misiones, pero tenemos seis casas de misiones que nos han expoliado totalmente. Les hace falta comprar mesas, sillas, mosquiteras, sábanas, armarios, platos, cuchillos, luces, cables, paneles solares, baterías. A nivel material necesitamos sobre todo leche en polvo y medicamentos para los niños y medicinas para los enfermos de SIDA en fase terminal, “antirretrovirales”. Nos hace falta ayuda para las familias. Están intentando que los niños vuelvan al colegio pero nos falta mucho material didáctico: los lápices, las reglas… todo ha desaparecido. Urgente es también la conexión a internet, porque es el “cordón umbilical” que nos conecta con el mundo exterior. Nos encontramos los ordenadores rotos y tirados por el suelo. 

- ¿Y en cuanto a las iglesias?

-  Mons. Aguirre: Pues al menos tres iglesias han sido saqueadas e incluso las han profanado. Primero intentaron agredir a los sacerdotes y a las hermanas que tuvieron que huir. Aprovecharon entonces para entrar en las capillas, amontonaron los bancos para prenderles fuego y luegorompieron el tabernáculo y cogieron la Eucaristía consagrada. Por tanto, una ayuda para rehacer las iglesias, las pinturas y los bancos también sería necesaria. También han quemado iglesias católicas y capillas de los protestantes, que están hechas de paja. Hay un ensañamiento brutal contra la Iglesia Católica, pero tenemos que aguantar y poco a poco gracias a Dios, iremos levantándonos, y sacando la cabeza de dentro del agua. 

- En cuanto a la parte espiritual, ¿Cómo se mantiene firme en la Fe y cómo mantiene también firmes a todos sus fieles?

- Mons. Aguirre: Intentamos trabajar, hablar, rezar, intentamos reírnos también. Para que nuestra fe siga siendo fuerte. Con el ejemplo de la experiencia del Calvario y siguiendo el ejemplo de los apóstoles: verles predicando con tanto ánimo, sonríen, están contentos y se sienten honrados de haber sido vapuleados en nombre de Cristo. Estas lecturas, que leemos cuando rezamos las Vísperas, nos dan mucho ánimo a todos. De alguna manera está pasando en Centro África lo que ya pasó hace 2.000 años: la resurrección de Jesús de algún modo dio ánimo a los apóstoles, les dio mucho ánimo descubrir que había resucitado, se presenta entre ellos y les enseña las manos y el costado. Sin embargo, después de haber resucitado conserva las llagas de la Pasión, del sufrimiento, de la tribulación. 

- ¿Qué mensaje daría a los benefactores de AIN, y en general a los cristianos de todo el mundo? 

- Mons. Aguirre: Que si nos miramos el ombligo, terminaremos como esa mujer curva del Evangelio, que tenía la espalda curva de tanto mirarse a sí misma. La Iglesia tiene que salir de ella misma hacia las periferias, como ha dicho el Papa, y ser conscientes de que las periferias también son la Iglesia. Me gustaría transmitir la tribulación que se vive aquí porque la Iglesia de todo el mundo debe sentir como suya la tribulación que se vive en Centroáfrica. Entonces seremos uno; como dice San Juan en el Evangelio, Jn 14,17: “Que tu y yo seamos uno”.





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