La perfección de los santos consiste en ir contracorriente, viviendo según el Evangelio. Es la reflexión que Benedicto XVI al presidir, en la Basílica Vaticana, la canonización de cinco beatos. El Papa recordó cómo Jesús, también hoy, nos invita al don total de la propia existencia, sin cálculo e interés humano. Una invitación exigente, que los santos acogen generosamente, metiéndose con humilde docilidad al seguimiento de Cristo crucificado y resucitado. Lejanos por los contextos históricos y geográficos, y aún así, todavía actuales, el ejemplo de los cinco nuevos santos se eleva como una sinfonía para los fieles de hoy.
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