Gonzalo Altozano.- Acaba de publicar Hipótesis sobre María (Ed. Libros Libres), libro documentadísimo, lleno de historias, capaz de cambiar una vida. En serio, quien lo lea verá la huella de la Madonna hasta en los coches con matrícula de la Unión Europea. La respuesta al enigma, en Hipótesis sobre María.
-Dice que su último libro es el punto de llegada de un largo camino.
-Lo digo porque cuando publiqué Hipótesis sobre Jesús, mi primer libro, comenzaron a llegar cartas de lectores pidiendo un Hipótesis sobre María.
-Pues ha tardado años en complacerles.
-Es que acababa de descubrir el Evangelio y permanecía deslumbrado por la luz de Cristo. En los primeros tiempos, después de la caída del rayo, le veía a Él y sólo a Él.
-O sea, que las peticiones de los lectores…
-Me hacían sonreír irónico; me parecían extrañas, casi absurdas.
-¿Por qué?
-El Evangelio le dedica tan pocos versículos a Ella, que me preguntaba qué más podría decirse. No entendía el adagio medieval: “De María nunca se dirá bastante”.
-Y, sin embargo…
-También aquí hubo sorpresas. Mi problema no ha sido encontrar algo nuevo que decir, sino escoger entre la abundancia de material.
-El resultado ha sido Hipótesis sobre María. ¿Por qué lo ha escrito?
-Porque a medida que continuaba mi búsqueda de Jesús, iba delineándose el perfil de la Madre. Y después de muchos años y muchos libros he sentido que le debía un libro a Ella.
-Va a ser verdad lo que dicen: que a Jesús se le encuentra por el camino o en las plazas…
-Pero que para conocer a María hace falta tener amistad con Él. A mí me pasó eso:_el Hijo me llevó a su casa, me presentó a la Madre.
-¿Por qué más lo ha escrito?
-Porque quería demostrar que es posible hablar de la Señora como devoto sin caer en el sentimentalismo que caracteriza a mucha literatura mariana.
-Todo un desafío.
-Digamos que mi libro es una propuesta de devoción viril a la Madonna, entendiéndose “viril” en el mejor sentido, claro.
-Aun así, no ha escrito usted Hipótesis… por una sola cuestión de estilo. ¿O sí?
-Evidentemente, no. Lo he escrito porque estoy convencido de que lo que está hoy en peligro es la fe misma en Jesús.
-Así las cosas, ¿qué papel tiene María?
-El de todas las madres: velar al Hijo y protegerlo.
-¿Qué quiere decir?
-Que todos los dogmas que la Iglesia ha proclamado a propósito de María están al servicio de los de Cristo.
-A ver, el de la Maternidad Divina.
-Nos defiende de las herejías arrianas, siempre recurrentes y peligrosas, que ven en Jesús al hombre y no al Dios.
-El de la Inmaculada Concepción.
-Hace que no olvidemos el pecado original y, en general, el pecado, sin el cual la redención traída por Cristo con su cruz no significa nada.
-El de la Asunción.
-Nos aleja de la tentación espiritualista, según la cual la salvación es para el alma, no para la carne.
-Conclusión.
-Dar a María no significa quitar a Jesús, más bien lo contrario.
-Otra conclusión a la que llega es la de que las épocas de gran fe lo han sido de gran devoción. ¿Habla el historiador objetivo o el devoto enamorado?
-El historiador objetivo. Ahí están la Edad Media, la reforma católica tras el Concilio de Trento, la reconstrucción de la Iglesia en el siglo XIX…
-¿Y de las apariciones? ¿Qué me dice de las apariciones?
-Que a pesar de ser muy queridas por el pueblo de Dios son muy descuidadas por cierta Teología. Lo cual es grave, porque la devoción mariana es una de las mejores ocasiones pastorales que ofrece la sociedad moderna.
-¿Y eso?
-Como me hizo notar en una conversación hace años el entonces cardenal Joseph Ratzinger, los únicos números que crecían en la Iglesia del posconcilio eran los de los peregrinos a los santuarios marianos.
-Peregrinos entre los que se cuenta.
-Sí, soy devoto visitador de los santuarios.
-Supongo que también lo es por motivos profesionales.
-Claro, para preparar este libro he tenido que visitar los grandes de Europa.
-¿Con qué se ha encontrado?
-Con mucha gente que quizás ya no vaya a misa, pero sí siente el reclamo de la Madre y la atracción por los lugares predilectos de Ella.
-Más sobre apariciones: ¿qué papel desempeña ahí la Virgen?
-El de la Madre que visita a sus hijos para confortarlos y recordarles aspectos del Evangelio en peligro de ser olvidados. Es, ahora y siempre, la Señora de las Bodas de Caná, la que dice: “Haced lo que Él os diga”.
-Habla de enigmas marianos: tratar de comprenderlos, ¿no es desesperante?
-¡En absoluto! Es más, intentarlo tiene premio: la consolación, la alegría, la confirmación de la verdad de la fe…
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